SECCIÓN B: CIENCIAS DE LA VIDA
Vol. 11 Núm. 1 (2019): Número especial de la XXII Reunión Latinoamericana del Maíz
La resistencia genética es la manera más eficiente de controlar las enfermedades ya que no tiene un costo adicional para el agricultor y no contamina el ambiente. Un cultivo de maíz sano es la regla, la excepción es la enfermedad. El primer paso en todo programa de mejoramiento genético para incorporar resistencia al cultivo es identificar materiales resistentes entre las variedades tradicionales y comerciales, poblaciones mejoradas de alta diversidad genética (pooles), colecciones núcleo y colecciones para estudios genéticos. Para esto es necesario realizar evaluaciones en condiciones controladas donde se inocula el patógeno y se le brindan las condiciones para que la planta se enferme. En caso de enfermedades virales, las técnicas de inoculación incluyen el frotamiento, punción vascular y la utilización de los vectores naturales que transmiten el virus. Sugarcane mosaic virus (SCMV) está entre los principales virus que afectan al cultivo de maíz en los valles altos y trópicos de Latinoamérica y alrededor del mundo. En la Estación Experimental Litoral Sur del INIAP se inocularon 32 híbridos comerciales y experimentales de maíz utilizando la técnica del frotamiento en plántulas, con un aislamiento de SCMV colectado en la Estación Experimental Portoviejo del INIAP. Dos semanas después de la inoculación se evaluó la incidencia de los síntomas de la enfermedad en las hojas nuevas. El experimento tuvo tres réplicas biológicas en un diseño completo al azar, con 20 plantas por tratamiento. No existieron híbridos resistentes, lo que indica la necesidad de incorporar genes de resistencia a SCMV en las poblaciones de mejoramiento genético de maíces tropicales de grano amarillo duro de las empresas públicas y privadas.
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