SECCIÓN C: INGENIERÍAS
Este trabajo se centró en la evaluación de cuatro aspectos esenciales de la biomasa de árboles de durazno cultivados en la región andina del Ecuador. En un caso, se han desarrollado modelos matemáticos que permiten cuantificar la cantidad de material lignocelulósico a partir de parámetros fácilmente medibles como el diámetro de la copa, el diámetro del tallo y la altura de la planta. Realizando levantamientos rápidos, estas ecuaciones permitieron obtener la cantidad de biomasa contenida en una parcela. En un segundo caso, se realizó un análisis elemental de la biomasa para determinar la cantidad de CO2 capturado de la atmósfera a través de la fotosíntesis durante su crecimiento, y así evaluar la contribución de estas parcelas en la mitigación del cambio climático. Posteriormente se cuantificó la biomasa residual de la poda y se realizó un análisis proximal. Esto nos permitió evaluar la idoneidad de estos materiales como biocombustibles sólidos. Los modelos obtenidos para determinar el volumen de las ramas arrojaron coeficientes de determinación de 0,98. Los modelos para cuantificar la biomasa de toda la planta tenían un r2 del 70 %. La densidad del material seco fue de 0,92 g/cm3, obteniendo un peso promedio de madera seca por planta de 44,8 kg. Esto representa un contenido de 1682 moles de CO2 capturado de un cultivo vegetal desarrollado (3 años). La ceniza promedio en la madera seca fue del 3 %, el contenido de carbono fijo en la madera seca fue del 7 % y el contenido de volátiles en la madera seca fue del 78 %. El contenido de humedad de los materiales de desecho después de la poda fue del 45,96 %. El tiempo de secado en almacenamiento para humedad inferior al 10 %, apto para caldera de combustión, fue de 15 días. El poder calorífico superior de la madera de durazno fue de 18,92 MJ/kg.
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