Las autonomías deben tener en todas sus áreas una gran coordinación con el poder central y debería existir un mecanismo idóneo y expeditivo para que aquéllas no puedan salirse del marco constitucional. La tendencia predominante actual, en América y Europa en general, es ir hacia la descentralización, en los Estados unitarios y aún en los federales. El clamor por superar la crisis del Estado centralizado data desde hace varias décadas, pues es evidente que el sistema luce gastado e inoperante. Centralizar significa concentrar en un solo ente las competencias sobre determinadas materias en todo el territorio nacional. Por eso, contrario sensu, descentralizar implica traspasar competencias a un poder central hacia otros órganos o hacia otros entes, y mientras mayor sea la competencia transferida, más extensa e intensa será la descentralización.