Los "fantasmas" del liberalismo
Main Article Content
Abstract
El liberalismo como concepto, parte de lo que es la esencia de la vida: el respeto al ser humano como eje de la sociedad. Y cuando se toma eficiente, utiliza los instrumentos que permitan a la gente vivir mejor: especialización, intercambio, capital, tecnología, mercado, competencia, precios. Por eso los que lo han adoptado (aunque sea parcialmente) han vivido mejor y han sabido respetar un orden natural básico. No en América Latina donde buscamos otros caminos fallidos. Pero para penetrar en el "imaginario colectivo" el liberalismo debe aún mostrar con claridad varios de sus tejidos esenciales, y resolver los "fantasmas" que aún rondan a su alrededor: el supuesto egoísmo, la negación de cualquier tipo de estrategia "planificada" de sociedad, el lado no liberal que tienen los seres humanos, el rol de las diversas jerarquías, su relación con la democracia. Temas por discutir y profundizar, para que el liberalismo no sea un espectro que algunos quieren espantar en lugar de tomarlo como el sendero (siempre imperfecto y en construcción) por donde transitar.
Todos los sistemas económicos y sociales, por definición, están en continua construcción. Pero además el liberalismo lo está por esencia, porque no pretende ser un sistema cerrado, establecido o canonizado, no pretende establecer fines o metas, sino preservar algunos principios básicos que lo sustentan, y en particular un elemento esencial de su visión social "el liberalismo está hecho de lo que son los individuos, y defiende su individualidad en la acción". Como es un sistema esencialmente abierto a la duda, a la discusión y a la construcción espontánea, constantemente debe estar sometido a la auto crítica y a la crítica externa. Pero incluso para un sistema abierto como el liberalismo, es complicado moverse entre los abismos de la duda y los principios. Por eso en el liberalismo no hay una visión o un pensamiento, sino múltiples ramificaciones que se encuentren en el tronco común de la defensa del individuo como eje de la sociedad. Y de ahí surgen dudas, cuestionamientos, desafíos y dilemas, lo que he llamado "fantasmas" internos o externos, que pulsan su camino.
Eso es lo que aquí intentaré evaluar. Los temas esenciales (sin duda hay otros que se me escapan por incapacidad) que creo son la esencia de las discusiones alrededor y dentro del liberalismo. Ir resolviendo estos temas (aunque el liberalismo no pretende "tener soluciones" sino generar senderos), apuntalarlos, darles más claridad en el "imaginario colectivo", es la manera para que el liberalismo sea aceptado (sobre todo en América Latina, tan poco liberal) como el camino conceptual que guíe a la sociedad.