El dolor de Tristán y el adulterio de Isolda <br> -DE INFORMACIONES, EDUCACIONES Y CULTURAS-
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Resumen
Cada vez encuentro más banderas en las calles, en las manifestaciones, en los balcones y casas. Son banderas donde se destaca un rostro y una palabra. Dos símbolos que se hacen uno, que se igualan y fusionan: el país es el jerarca, el jerarca es el país. Me recuerdan la época de los totalitarismos. Aunque con un toque modernista y color más suave, estas banderas se asemejan a las usadas por Franco, Mao, Stalin o Hitler. En la novela 19841 y la película del mismo título (si no la ha leído o visto, hágalo de inmediato para familiarizarse con el presente), aparece el Gran Hermano, ser omnipresente, omnisciente y omnipotente. La ideología también es la misma: "La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza."2 Parece que la generación de los caciques feudales ha finalizado, ahora nos enfrentamos a una nueva especie de gobernantes, la de los caudillos seudo-académicos, seudo-academicismo que se hace patente en el Proyecto de Ley de Educación Superior que analizaré someramente más abajo.
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Citas
George Orwell, 1984, varias eds.
Ídem, Primera Parte, caps. 1 y otros.
Benjamín Franklin, El libro del hombre de bien, Madrid, Espasa Calpe, varias eds.
Ernst Cassirer, El mito del Estado, México, Fondo de Cultura Económica, varias reimpresiones.
Platón, Menón, en Obras Completas, Madrid, Aguilar, 1977, pp. 435-460.
Anthony Wilden, Sistema y estructura, Madrid Alianza Editorial, 1979, p. 289.
Javier Cercas, Soldados de Salamina, Barcelona, Tousquets, 2004, p. 138.