Educación: un tejido infinito de pasión y razón
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Abstract
Una de las diferencias marcadas entre nuestra especie y otras es "la prolongada infancia" como lo describe Bronowski1. Somos, sin duda, la especie más torpe durante los primeros años de vida. No nacemos bien equipados para defendernos de las agresiones externas, nuestras capacidades físicas son deficientes, nuestros sentidos imperfectos y además, nacemos desnudos. Sin embargo, en compensación, poseemos una compleja red de neuronas que nos permite "pensar". Esta red neuronal que tiene información básica preexistente, requiere de un intenso proceso de ingreso de información adicional, para luego convertirse en un ente autónomo: el individuo. Una parte de este proceso, extremadamente complejo, denominado "educación" será analizado en este artículo.