Introducción
Más allá de la representación y los «giros»: prácticas curatoriales desde las ciencias sociales y las humanidades
post(s)
Universidad San Francisco de Quito, Ecuador
ISSN: 1390-9797
ISSN-e: 2631-2670
Periodicidad: Anual
vol. 10, 2024
Recepción: 19 julio 2024
Aprobación: 25 julio 2024
Más allá de la representación y los «giros»: prácticas curatoriales desde las ciencias sociales y las humanidades
X. Andrade , profesor asociado y coordinador del Laboratorio de la Imagen del Departamento de Antropología, Universidad de Los Andes, Bogotá. Evaluador de proyectos de la Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research desde 2007. Presidente Vitalicio de Full Dollar. Correo electrónico: sj.andrade@uniandes.edu.co• Ph. D. en Antropología por The New School for Social Research, Nueva York.
En las últimas décadas, los cruces entre las ciencias sociales, las humanidades y distintas disciplinas relacionadas con la ciencia, la tecnología y el diseño han proliferado. Son de mi interés particular aquellos tráficos con prácticas artísticas pues desestabilizan los métodos establecidos en la antropología desde hace un siglo y promueven formas de repensar el oficio de la investigación y las posibilidades de producción de nuevas formas de conocimiento vía espacios y estrategias parásitos (Andrade y Elhaik, 2018). Fundamentos tales como la focalización en estudios de lo humano, el propio quehacer etnográfico y la misión comparativa de la disciplina se encuentran en un estado de profundo cuestionamiento y transformación. Hablo principalmente desde la antropología pero hay significativos experimentos también desde la sociología y la filosofía, para no mencionar que ciertas formas de arte contemporáneo y diseño traspasan, desde sus propias prácticas, toda frontera disciplinaria desde hace al menos tres décadas. En consecuencia, muchos de estos cruces han resultado en distintos dispositivos que trascienden al textual y devienen en circuitos tales como laboratorios, plataformas multimodales, festivales, galerías, museos, espacios públicos e intervenciones comunitarias (Elhaik y Marcus, 2012).
No obstante, este panorama de intercambios ocurre en un contexto en el que, principalmen- te por las catástrofes ecológicas y el calentamiento global y sus consecuencias sobre pobla- ciones indígenas, con su consecuente nostalgia por la naturaleza, el estudio de las otredades culturales reaparece con fuerza en el debate público mientras se instauran tendencias para repensar la diferencia en términos de alteridades radicales, con sus consecuencias —marca- damente esencialistas— para impulsar cuestiones de representación que parecían obsoletas después del posmodernismo de los años ochentas y noventas.
Los procesos descritos ocurren tanto en la academia como en el propio campo de produc- ción artística, que experimenta, por supuesto, su propio «giro ontológico» (Thomassen, 2016; para una perspectiva crítica en antropología, v. Reynoso, 2015). A manera de ilustración, esta compilación tampoco se libra enteramente de aquellos enfoques si bien la convocatoria para este volumen iba en una dirección explícitamente contraria. La diferencia con los noventas radica en que, ahora y gracias al impacto de las referencias textualistas posmodernas, los ejer- cicios de taxidermia de la metáfora y las artes forénsicas de la deconstrucción del discurso o la imagen, las discusiones sobre representación se imponen en medio de un ambiente intelectual y político que goza ampliamente de su bendición. La autorreferencialidad, disfrazada de reflexi- vidad, es parte también de este momento.
La política de los experimentos actuales guarda, por tanto, un estatus problemático en relación con distintos cierres disciplinarios frente a los que deberían servir, en principio, de apertura y con- trapesos. Una de las tensiones emergentes al interior de la academia se expresa claramente en las disputas alrededor de la valoración diferencial entre «productos» de investigación y creación.
Al respecto, mientras la burocracia de las ciencias sociales no tiene ambigüedades con relación a los primeros pues se trata, básicamente, de artículos y libros publicados en una u otra revista fetichizada como perteneciente —en el mejor de los casos, dicen— al «ranking Q1», las formas creativas son vistas con sospecha y requieren evidencias en cada instancia del proceso de su producción por más que, por ejemplo, una exhibición artística de amplia cobertura mediática se sostenga por sí misma gracias al eco público que despierta.
Con frecuencia, se dan casos absurdos al respecto de la evaluación de proyectos creativos cuando, por ejemplo, un libro que es catalogado como de la mayor relevancia en las artes, es condenado a categorías subordinadas, cuando no marginales, en ciencias sociales. Todo aquello en mérito, supuestamente, de la rigurosidad de los procesos evaluativos instaurados por una burocracia ignorante respecto de las formas, muchas veces deliberadamente anarquistas, contra o anti-metodológicas, bajo las cuales las prácticas de la creación operan.
A pesar de los obstáculos para legitimar la producción de formas de conocimiento alternativas en la academia, las prácticas curatoriales han adquirido un peso específico entre los mecanismos de reconfiguración de los tráficos interdisciplinarios descritos. Si bien el, así llamado, «giro curatorial» se consolida en el campo de las artes visuales desde la década de los noventa, al interior de otros circuitos, como el de las humanidades y las ciencias sociales, este ha tenido sus propias temporalidades y escalas.
Aquí cabe retomar una distancia crítica frente a la denominación de «giro», puesto que se la brinda a cada nueva moda y estilo de mercadeo en los sistemas universitarios hegemónicos para cumplir mayormente propósitos comerciales pero que, a su vez, tienen efectos en la enseñanza y el quehacer investigativos, tal como sostiene Tarek Elhaik en su intercambio con George Marcus (2020), traducido al castellano para esta edición dada su pertinencia para las temáticas avanzadas. Más recientemente, desde Europa y Estados Unidos, con sus réplicas automáticas y sin beneficio de inventario en países como los nuestros, existen quienes se apropian de esta terminología para caracterizar la escena contemporánea en un amplio espectro de disciplinas, como la antropología, el diseño y la arquitectura, los estudios de medios, performance y moda, el cine y las formas transmediáticas.
Para ilustrar este punto: como es tradicional, las teorías que sobre arte y antropología se tejen desde esos países obvian mayormente la producción experimental y conceptual que se hace des- de los márgenes (para una ilustración, véase el estado-del-arte provisto por Kisin y Myers, 2019; para la consolidación de la terminología del «giro curatorial» en antropología, Sansi (ed.), 2020; para excepciones al eurocentrismo imperante en el estudio de las prácticas artísticas desde la an- tropología, Schneider (ed.), 2017; y, de reciente publicación para el caso latinoamericano, Andrade, Borea y Pinochet Cobos, 2024).
Al contrario de regurgitar el mantra decolonizador de los estudios culturales o visuales, no obstante, el punto de partida es la confrontación de las desigualdades de poder en la academia mediante las prácticas y no desde el mero análisis discursivo, es decir, desde lo que se hace y cómo se hace concretamente para ampliar los horizontes de lo que damos como dado en antropología y sociología visuales, y estudios multidisciplinarios de otra índole. Según Silvia Rivera Cusicanqui, hacer conocimiento mientras se practica la teoría, en lugar de convertirse en devoto de una u otra iglesia académica, es una de las consignas productivas que resultan desde perspectivas críticas a la propia moda decolonial y una preocupación que yace en el origen mismo de esta revista desde hace una década (Rivera Cusicanqui, 2010; Gago, 2022; Burgos, 2015).
Buena parte de los trabajos incluidos en este volumen dan cuenta de impulsos similares, particularmente aquellos que lidian con temas archivísticos. Algunas de las entregas operan desde una reflexión sobre la curaduría de archivos de cine, sea de documentales históricos o ficciones propias, cuestionando precisamente estas formas binarias de categorización de lo creado y guardando la misión de activarlos públicamente con las propias comunidades retratadas en Brasil, Argentina y México, respectivamente (Alex Vailati y Júlia Morim; Franco Passarelli, Francisco Martina y Emanuel Cantero; Hugo Chávez Carvajal).
En otros casos, la construcción de archivos es problematizada desde el tejido mismo de imágenes que los componen, con especial interés en las tramas artísticas y fantasmagóricas que emergen en una u otra práctica de ensamblaje de imágenes y sonidos en Cuba, Ecuador y Estados Unidos (Rafael Ramírez, Carlos Terán Vargas y Oderay Ponce de León; Brenda Vega; Marcos Echeverría Ortiz).
Dado el peso brindado en la convocatoria para esta edición hacia las intrusiones mutuas del arte con las ciencias sociales y otras disciplinas, hay un componente fuerte desde distintas formas de fomentar estos cruces. Temas tales como las visiones de lo nativo y lo identitario en distintos países andinos (Iosu Aramburu y Mijail Mitrovic; Camila Montalvo; Manuel Kingman); las relaciones entre arte y narcotráfico en Colombia (Santiago Rueda); y, para el caso de México, las intervenciones multimediales de la artista y antropóloga Fiamma Montezemolo, y las literarias y pictóricas de Rubén Bonet (Andrade y Bonet), dan cuenta de las intersecciones que se crean a partir de préstamos múltiples y que dan lugar a encuentros y apropiaciones.
Centralmente, dan también lugar a desencuentros y tensiones productivas que tienden a la recon- figuración tanto de lo que se hace en etnografía e investigación, como en otros campos que, como la fotografía documental, hacen uso de sus métodos para propósitos instalativos y aplicados. En esta última línea de trabajo, se incluyen los proyectos multimedia de Alexis Díaz, Felipe Palma y Matilde Urzúa; y el ensayo fotográfico de Pablo Hermansen y Roberto Fernández, ambos colectivos que do- cumentan las protestas sociales en Chile y que guardan eco en toda la región. Finalmente, Vanessa Terán presenta una reflexión basada en el levantamiento fotográfico y testimonial de una comunidad de migrantes ecuatorianos en Estados Unidos.
Una nota final. La preponderancia de la comisaría en el arte contemporáneo ha dado lugar a álgidas discusiones al interior de la propia crítica artística sobre el papel del curador como conceptualizador, mediador, comisario, broker, montajista, coleccionista, artista, agente o gerente. Moviéndonos en los márgenes del paradigma «curacionista» (Balzer, 2018) hacia otros circuitos disciplinarios e interdisciplinarios, existen debates, efectos y prácticas emergentes a los cuales esta convocatoria de post(s) brindó espacio primordial. Resultado de aquello es un ensamblaje de textos y ensayos visuales que tienden a reflexionar sobre los procesos creativos desde las ciencias sociales (con un peso relativo en antropología), las humanidades, los estudios de medios, y un tipo de crítica de arte que favorece los predicamentos sociológicos.
Si hay algo que queda pendiente de la agenda inicial de esta convocatoria, dado que el campo del arte guarda un capital simbólico que le permite torear la corrección política de la academia, se precisa todavía la exploración más detenida del potencial crítico de sus estrategias paródicas, irónicas, sarcásticas, humorísticas, iconoclastas y/o patafísicas; esta apertura tiene la finalidad de producir reflexiones originales sobre las posibilidades de despertar miradas que toman, como eje central, a la imagen y a distintos regímenes de lo estético dentro de ensamblajes e instalaciones que hacen uso de múltiples dispositivos y medios.
Estas formas incluyen textos, sí, pero repensados en diálogo con diferentes nociones sobre curaduría y diversas formas de conceptualismo más allá de los referentes establecidos en la historia del arte y, en el mejor de los casos, más allá de cualquier método y, por tanto, más allá de la propia etnografía. En palabras de Elhaik, «[a] curatorial design is not a stable arrangement. It does make room for randomness and uneasily juxtaposed bed fellows» (2022, p. xix). Siguiendo a este autor en su libro Anthropology and Aesthetics, de donde saco esta referencia, la estrategia de cogitación como producción conceptual sirve para superar los binarismos entre pensar y actuar, misma que funciona bien para mantener un grado de irreverencia cuando se lidia desde la teoría y la práctica con imágenes.
A pesar del vacío señalado respecto de una mayor contaminación con ciertas estrategias consolidadas en el arte, a partir de estudios con fundamentos etnográficos y ensayos experimentales, este volumen promueve profundizar teóricamente en cómo se integran las estéticas y distintas tecnologías en estas prácticas, y cómo aquellas afectan a las fronteras tradicionalmente establecidas entre investigación y creación. Así, se incluyeron 16 artículos y/o ensayos multimedia que intervienen de manera conceptual, histórica y etnográfica en las formas de hacer investigación y de repensar la creación entre varias disciplinas, con particular atención en lo que se hace y se piensa desde las ciencias sociales y el arte desde Latinoamérica.
Finalmente, los usos sociales de las imágenes, su circulación virtual y sus prácticas de consumo mediante dispositivos y plataformas, y la constitución infinita de archivos domésticos pero simultáneamente públicos en la red, obligan a pensar en juegos interdisciplinarios que consideren estas nuevas formas de ensamblaje en las que la imagen forma parte activa de intercambios y usos que van más allá de cuestiones meramente representacionales y que nos aproximan a distintas prácticas curatoriales —muchas de ellas vernáculas— sobre las imágenes (Andrade, 2021; Vailati y Zamorano, 2021). En consecuencia, resta impulsar con más detenimiento intervenciones que repiensen, radicalmente, la naturaleza del trabajo de campo y de lo empírico, en diálogo con archivos domésticos y/o multimediales (Berg, 2017; Kummels y Cánepa Koch, 2020).
Algunas preguntas cabe mantener abiertas: ¿cómo entender lo «conceptual» propiamente en formas emergentes de antropología y otras disciplinas que dialogan con las estrategias del arte? ¿Cuáles son las consecuencias de la intrusión curatorial para la conceptualización y los métodos y anti-métodos del trabajo-con-imágenes y cosas? ¿Cómo se pone en juego lo estético en estas formas de ensamblaje? ¿Qué tipo de prácticas de investigación son las que emergen a partir de estos intercambios entre el quehacer del conocimiento y la práctica de la teoría?
Referencias
Andrade, X., Borea, Giuliana, y Pinochet Cobos, Carla (2024). Antropologías y Artes: Genealogías, Experimentos y Desafíos desde América Latina. En Gisela Cánepa, Giuliana Borea y Alonso Quinteros (comps.), Antropologías Visuales Latinoamericanas: Genealogías, Investigación y Enseñanza. Flacso Ecuador y PUCP, pp. 28-73.
Andrade, X. (2021). On-Demand Postscript: Emergent Engagements in the Anthropology of Images. En Alex Vailati y Gabriela Zamorano (eds.), Ethnographies of “On Demand” Films: Anthropological Explorations of Commissioned Audiovisual Productions. Palgrave Macmillan, pp. 267-273.
Andrade, X., y Elhaik, Tarek (2018). Antropología de la Imagen: Una Introducción. Antípoda 33: 3-11.
Balzer, David (2018). Curacionismo: Cómo la Curaduría se Apoderó del Mundo del Arte (y Todo lo Demás). La marca editora.
Berg, Ulla (2017). Mobile Selves: Race, Migration, and Belonging in Peru and the U.S. NYU Press.
Burgos, Hugo (2015). Es Posible Disociar el Hacer del Pensar? Es Posible Disociar el Pensar del Hacer? post(s) 1: 9-30.
Kummels, Ingrid, y Cánepa Koch, Gisela (eds.) (2020). Antropología y Archivos en la Era Digital: Usos Emergentes de lo Audiovisual, Volumen 1. PUCP.
Elhaik, Tarek (2022). Aesthetics and Anthropology: Cogitations. Routledge.
Elhaik, Tarek, y Marcus, George (2020). Curatorial Designs in the Poetics and Policits of Ethnography Today: Act II. En Roger Sansi (ed.), The Anthropologist as Curator. Routledge, pp. 17-33.
———. (2012). Diseño Curatorial y la Poética y la Política de la Etnografía Actual: Una Conversación entre Tarek Elhaik y George Marcus. Iconos 42: 89-104.
Gago, Verónica (2022). Principio Silvia Rivera Cusicanqui: Fragilizar el Pensamiento para Hacerlo Rebelde. El Lugar sin Límites 4 (6): 20-36.
Kisin, Eugenia, y Myers, Fred (2019). The Anthropology of Art, After the End of Art: Contesting the Art-Culture System. Annual Review of Anthropology 48: 317-334.
Reynoso, Carlos (2015). Crítica de la Antropología Perspectivista: Viveiros de Castro, Philippe Descola, Bruno Latour. SB.
Rivera Cusicanqui, Silvia (2010). Chi’ixinakax Utxiwa: Una Reflexión sobre Prácticas y Discursos Descolonizadores. Retazos y Tinta Limón.
Sansi, Roger (ed.) (2020). The Anthropologist as Curator. Routledge.
Schneider, A. (2017). Alternative Art and Anthropology: Global Encounters. Routledge.
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Vailati, Alex, y Zamorano, Gabriela (eds.) (2021). Ethnographies of “On Demand” Films: Anthropological Explorations of Commissioned Audiovisual Productions. Palgrave Macmillan.