Introducción
Vitalidades pedagógicas: sensibilidades y re-existencias en lo educativo
post(s)
Universidad San Francisco de Quito, Ecuador
ISSN: 1390-9797
ISSN-e: 2631-2670
Periodicidad: Anual
vol. 9, 2023
Recepción: 25 Mayo 2023
Aprobación: 05 Noviembre 2023
Cómo citar: Barone, O., y Díaz, S. (2023). Vitalidades pedagógicas: sensibilidades y re-existencias en lo educativo. En post(s), volumen 9 (pp. 12-22). Quito: USFQ PRESS.
NUEVE planetas y 36 estrellas es todo lo que tengo… por ahora
Effy Beth (2020)
¿Con qué transgresiones conjuramos las prácticas pedagógicas normalizantes, instituidas, impuestas? ¿Qué riesgos asumen nuestros haceres educativos?
¿Qué bordes encuentran (en) las miradas, las escuchas, los tactos?
¿Qué somatecas se habit(ú)an en nuestros espacios pedagógicos?
¿Qué po(i)éticas abrazan nuestras prácticas? ¿Qué experimentaciones espontáneas encontraron en nuestras pedagogías su mejor gesto? ¿Junto a qué epistemologías rumiantes, marginadas y demoradas se componen nuestras prácticas?
¿Qué desv(ar)iaciones sensibles, estéticas, políticas provocamos en lo que hacemos pedagógicamente? ¿Qué afectaciones colaboramos a componer en los espacios educativos que habitamos? ¿A qué prácticas de resistencia y reexistencia apelamos para sostener los encuentros que deseamos?
¿Qué vitalidades implicamos en nuestras prácticas pedagógicas?
¿Qué vitalismos pedagógicos deseamos/necesitamos componer?
¿Qué redes potenciales cultivamos con nuestras pedagogías?
Desear un hacer pedagógico-vital que desborde la continuidad estandarizada de las formalidades con las que llevamos las prácticas educativas no es un mero deseo por la innovación, renovación o creatividad que demanda habitualmente el régimen capitalista empresarial de toda nueva pedagogía (si pudiese considerarse nueva). Sino que nace de un cierto fervor deseante en el que nos vemos implicades y comprometides con algunas luchas, resistencias y afectos que brotan con fuerza en las removidas tierras del Sur. Sentimos que la vitalidad que exudamos en lo educativo nos nace como un contagio necesario para no entregarnos a los discursos de la resignación y el odio, al negacionismo y las respuestas neofascistas de la ultraderecha acechante, o incluso al imperio triunfante de la competencia desmedida y cruel por la superación elitista del desarrollo. Eso que han llamado «Progreso», en nuestras tierras ha funcionado como una pedagogía cruel de desvitalización y esterilización basada en una matriz civilizatoria moderna colonial y en los valores competitivos empresariales. Sin embargo, nos sabemos parte de una re-existencia (Albán Achinte, 2017) que puja desde dentro (Denzin, 2017) por desmantelar las herramientas de la casa del amo, sabiendo que sin comunidad no hay liberación (Lorde, 2007, p. 112). En las situaciones educativas que habitamos, buscamos gestar momentos inquietantes para pensar lo que nos pasa, lo que somos, o lo que «venimos siendo» (Wayar, 2018) y no siempre encontramos los modos, las palabras, los gestos (Haudricourt, 2019) para hacerles lugar y abrazar pedagógicamente nuestras búsquedas, deseos, fracasos y proyecciones. Pese a ello, el intento no cesa, porque de fondo sentimos que es necesario colaborar cuidadosamente con lo que podamos en este gran enjambre de sensibilidades y deseos que llamamos vida (Anzaldúa, 2021). Hay un condimento especial en este modo de vida educativo que nos transversaliza e interroga en todo lo que hacemos pedagógicamente, una operatoria transgresora del pensamiento que excede lo humano, que vibra en la piel, en las tripas, que nos palpita en medio del pecho, la sensación que (con)mueve y arrebata al mismo tiempo (hooks, 2021). Ese vitalismo que sentimos, por momentos, toma la forma de preguntas que se esparcen como semillas en cada una de las vidas con las que (nos) vamos haSiendo día a día en nuestras prácticas educativas, nuestros haceres docentes. El vitalismo habita en la pregunta misma que evita las respuestas inmediatas e instrumentales porque implicarían una cancelación al movimiento y la coreografía incesante de la búsqueda, preguntas que nos arrebatan el pensamiento demorado abriéndose paso con una fuerza diferente y más enraizada en las sensaciones que nos componen, preguntas que encontramos en cada uno de los escritos que aquí presentamos. Las pocas respuestas que conseguimos no mandan ni ordenan, pero sí nos orientan.
Esta convocatoria que hicimos, esta crianza-dossier, se parece más a un llamamiento colectivo que busca compartir ese gusto por ciertos problemas que pueden ser y sentirse comunes, cercanos, sabiéndonos parte de una red que (no solo) es poética, sabiéndonos con dolores por la hostilidad que experienciamos en muchas de las instituciones que transitamos. Y valorando también nuestras ignorancias como resistencias de aquello que aún no ha hecho mella en nuestra carne. Esta edición nos ha invitado en más de una ocasión al juego pedagógico de sentipensarnos parte de un movimiento vital y, como tal, habitar la incomodidad como afecto intrínseco a la conmoción, comprender sus derivas, sus temporalidades y procesos; así es que este proceso editorial ha congeniado en su trama situaciones pedagógicas donde tuvimos que despegarnos de hábitos y abrazarnos de aquellas prácticas sutiles, amorosas que (re)conocemos tanto en las escrituras de todas las personas que integran este volumen, como también en Bernarda y Anamaría como bastiones de esta sentida y desafiante revista post(s).
Detrás de cámaras o tramoyas de esta edición
El llamamiento para esta edición se consolidó mediante nuestras redes afectivas virtuales pero también físicas, pues buscamos modos de agenciarnos y convocar a todas aquellas personas en relación con las pedagogías vitales, atendiendo a la gran diversidad de espacialidades y territorialidades donde las reconocemos, así es que con la complicidad de la revista post(s) diseñamos carteles y los pegamos por bibliotecas, centros culturales, escuelas y facultades. Algunes amigues también colaboraron con la impresión y expandieron este llamamiento en sus propios territorios, brindando una activación perceptiva de la materialidad misma que buscábamos para sentirnos y pensarnos en sintonía con una vitalidad pedagógica. En el proceso de ir elaborando este número, mientras pegábamos afiches, respondíamos emails y hacíamos reuniones, recurrentemente nos preguntamos si muchos de los conceptos, textos y propuestas vinculadas a lo descolonial, cuir, crip y transfeminista no son habitualmente apropiados y vaciados por la academia, el crédito fetiche de las publicaciones y propuestas áulicas. A su vez, buscábamos recordarnos(lo) constantemente, como academiques que somos dentro de este entramado vil de extractivismo epistémico, ¿cuál es el momento, el límite, la modalidad que hace efectiva una apropiación? O incluso ¿cómo podemos abrazar sin expropiar? ¿De qué saberes podemos hacernos eco aún (re)conociendo nuestra privilegiada blanquitud? ¿Cómo saboteamos nuestras propias lógicas coloniales, patriarcales, capacitistas y blancas? La condescendencia de nuestros valores ético-políticos suele ser permeable en un entramado seductor para las contradicciones. Creemos en la humildad —cercana al humus, a la tierra— de no subirnos al pony y sentipensarnos sin pretensiones de resolución inmediata ni eminente; confiamos en las escrituras actantes, en los movimientos escritos y enactivos, en la transversalización de lo que sentipensamos a todas las fuerzas que componen nuestro haSer.
En ese sentido, las escrituras que componen esta crianza-dossier son narrativas donde habitan las preguntas como vitalidad pedagógica y metodológica, les autores son personas que se comprometen con el riesgo (Luhmann, 2018) a consideración de las posibilidades que se gestan y brotan de lo inesperado, de los afectos y contagios que habilitan la conmoción como experiencia pedagógica. Estos textos se narran en una témporo-espacialidad propia, situada en cada territorio, son escrituras que se sostienen en escenarios convulsos (Rolnik, 2019) pero con micropolíticas que transitan portales de tiempos no-lineales, ni secuenciales, sino tiempos propios, suspendidos en la magia vital del estar juntes a la escucha de, a la creación de, a la narración de… Las experiencias pedagógicas vitales que aquí se narran se componen y practican en tiempos cimarrónicos de refugio y sanación (Piña Narváez Funes, 2021). Anhelamos entonces que estas palabras sean un acto de bienvenida afectivo y afectante para quienes en los territorios e (in)disciplinas más inesperadas encuentren estas inquietudes, estas provocaciones, y se hagan cuerpo, resonancia y abrazo de ellas, sumándose a esta complicidad que pretende encontrar(nos) en los vitales movimientos pedagógicos que saben que «escuchar es cuidar» (Krenak, 2023), que entre las fisuras, heridas y desencantos existe un enorme potencial de transgresión, que en la magia y sutilidad de lo no-humano hay mucha sabiduría que nos resta aprender y valorar, que en las escrituras entre lenguas las diferencias (nos) transforman…
Vitalidades acuerpadas pedagógicamente
En la sección Akademos encontrarán cuatro textos de investigaciones académicas fronterizas, desbordes, tejidos entre lenguas y conversaciones no-humanas. Desde los conocimientos ancestrales del arte textil mapuche, Antonio Catrileo comparte un exquisito y necesario texto escrito en tres lenguas y diversidad de lenguajes proponiendo una reflexión de prácticas pedagógicas generativas basadas en la tierra como un modo de sensibilizar la relación entre indigeneidad y experiencias de género fluido. Su escrito se vale de ese saber textil para recuperar la memoria borrada de sus ancestres epupillan (dos espíritus), y la posibilidad de pensar desde lo sagrado ancestral una pedagogía crítica como medicina ante las múltiples opresiones, articulando redes afectivas más amplias que la tradicional familia heteropatriarcal y colonial. La invitación a conmovernos queda abierta, y se sostiene en la traducción de Bernarda Troccoli al texto de Cyndy Margarita García-Weyandt, donde las investigaciones fronterizas, indocumentadas, se hacen carne desde una constante pregunta por las contribuciones realizadas de «modo recíproco con las comunidades indígenas para evitar extractivismos» encarnando prácticas cuidadosas y amorosas que consolidan los vínculos sutiles con los antepasados, a la vez que habilitan diálogos entre indígenas y académiques. Conmueve y sorprende en este texto la trama con el acto de criar y maternar, volviéndose una experiencia de reparación a la memoria ancestral de la lengua y los ritos al construir la familiaridad necesaria para el sostén de la vida. Continuando con los tejidos de experiencias, Ana Carou presenta una trama pedagógica entre las visualidades, la fotografía y la literatura, con colores feministas y de género, invitándonos a pensar la normalización que imparten los discursos hegemónicos de la belleza que regulan a las mujeres y los cuerpos feminizados en las escuelas secundarias; atendiendo a los modos de producción de conocimiento transdisciplinares y sus potenciales didácticas entrecruzando prácticas de lectura, escritura, visualidades fotográficas, para contagiar el deseo de narrar, tomar la palabra y poner el cuerpo entre les estudiantes. Cerrando esta sección con puras preguntas acerca de aquello que pretendemos, sentimos, necesitamos y deseamos relacionalmente construir, Anamaría Garzón Mantilla realiza una traducción de Fikile Nxumalo, quien da saltos rápidos con entusiasmos fuertes en las aguas de las diferencias, de las ficciones coloniales de apropiación de nuestros territorios. En su líquido y sensible texto, nos invita a recostarnos en los regazos de afectivas pedagogías que abrigan los deseos, danzas y conversaciones con los árboles, invitaciones sensibles a curiosear con lo no-humano como expresiones posibles de una descolonización de nuestras prácticas pedagógicas; en su propuesta, las micropolíticas se mojan en los arroyos para comprometerse con la complejidad y las tensiones relacionales de los territorios.
En la sección Radar de esta edición de post(s) presentamos tres investigaciones sismográficas acerca de los afectos pedagógicos en distintas territorialidades educativas. Así, inicialmente, en una serie de conversaciones con cinco mujeres tejedoras y bordadoras de Nuestramérica, Núria Calafell Sala explora aquellas imágenes que convierten la práctica textil en una mixtura de historias, compromisos y luchas, desde las vidas narradas en sintonía con un pensamiento «tejido» a una ética de la fragilidad. Se van entramando prácticas y conceptos desde una escritura muy cercana a la experiencia de las tejedoras con quienes conversa, entrelazando sus decires y haceres con su propia voz. Un verdadero ejercicio de pensar-con quienes se investiga, practicando una pedagogía del cuidado de los saberes que mantiene el sentido de mundo bordado sutilmente en las prácticas textiles. A su vez, la investigadora activista Lucrecia Masson Córdoba, a partir de ejercicios de investigación creativa, teje una invocación-conversación con la artista chicana Laura Aguilar: entre escrituras performáticas y algún borrador, desborda la narrativa sintiéndose acogida por la invitación a esta convocatoria y encuentra en la vida/obra de la artista un modo de hablar entre lenguas. En su andar rumiante, esta invocación-conversación que Lucrecia propone gesta una metodología otra en la que abre una indagación compartida en su plena potencia creativa y vital. Finalmente, Ana Belén Rendón nos hace una invitación risueña de lúdica complicidad que nos lleva de la mano a pasear por el Mercado 10 de Agosto de la ciudad de Cuenca. Con una narrativa sensible, creativa, curiosa y situada que amplifica los escenarios y voces de lo que ocurre en el mercado, nos propone un laboratorio artístico desde una metodología pedagógico-participativa con niñeces y adolescencias, donde se narran desafíos, aprendizajes y lecciones producidas por este recorrido. Entre juegos, dibujos y talleres, se ubica afectivamente cerca de quienes habit(ú)an el espacio, compromiso epistemológico, estético y político. Sentimos que en esta propuesta se asoma un deseo de expandir los sentidos de la educación artística ampliando sus potencias pedagógicas disidentes en territorios otros.
Para la sección Praxis, las reflexiones y ensayos que aquí se presentan corazonan experiencias autobiográficas y reflexivas, nos seducen con sus propuestas y palabras, a la vez que desnudan sus afectaciones en un fuerte ejercicio pedagógico. Así es que nuestra querida val flores desborda categorías con un ensayo poético político seduciéndonos con un umbral pedagógico, una práctica fugitiva en sus palabras, que insiste en indagar la potencia de los entre. Fracturando y colectivizando las dimensiones de lo íntimo, y alterando las relaciones de lo público y privado a partir de una performance cultivada en los entres del cuerpo, la escritura, los afectos y disciplinas, val nos invita a un encuentro promiscuo entre las prácticas educativas y artísticas convidándonos preguntas que animan a seguir descomponiendo. La magia de Duen Sacchi llega con un poliedro narrativo autobiográfico que se expande en el tiempo y recupera historias entrelazadas de luchas, resistencias y traumas cercanos y antiguos de la propia historia de vida. A partir de una declaración de su madre, Duen nos cuenta cómo esa historia de militancia puede abrir imaginarios para una performance en el espacio de la memoria ex Esma (Argentina) ante las políticas neoliberales del olvido y la felicidad que vuelven rentable la angustia. Hacer hablar al trauma es un modo de sismografiar el sentir común de lo que nos pasa y así, como práctica emancipatoria, el ejercicio de una pedagogía revolucionaria. En continuidad con las afectaciones, Alejandro Cevallos provocativamente nos propone una autorreflexión que mantiene irresuelta una pregunta latente sobre los aprendizajes generados por los vínculos, desafíos y contradicciones entre comunidades e instituciones culturales en la ciudad de Quito. Desde una labor museística y más allá de ella también, «Al diablo con nuestras buenas intenciones» presenta la mediación comunitaria como una pedagogía interdisciplinaria de trabajo e intervención colectiva, sociopolítica y cultural.
Por su parte, la pedagoga comunitaria p’urhépecha Daysi Magaña Mejía nos ofrece un recorrido por la experiencia de gestación de la Biblioteca Comunitaria Ambulante, con la que se han recorrido en 9 años de existencia unas 23 comunidades. Esta propuesta pedagógica andante nos invita a escuchar las voces que construyen, desde lo cercano de un encuentro de lectura, la materialidad afectiva de lo comunitario. Su propio andar va entretejiendo saberes y haceres que se expresan no solo en la lectura sino en diversos talleres que atienden las necesidades más inmediatas de cada comunidad. Se trata de un haSerse pedagogía comunal con el sentir corazonado de saberse en la práctica afirmativa de la autonomía, la libre determinación, la autoorganización apartidaria, anticolonial, anticapitalista y antipatriarcal, que expresa el deseo comunitario de un pueblo ancestralmente en resistencia.
Cerrando la sección, Gabriela Ponce y María José Terán nos hacen parte de una conversación-investigación pedagógica de la creación de una obra de teatro. Penetrando en la mitología trágica de la antigüedad griega que expresa la figura de Medea y sus diversas réplicas en la historia, ellas recorren toda esta interrogante de occidente con preguntas acerca de las maternidades que se cuelan, se duelen, se siembran, se buscan y sombrean en la complicidad estética y política de mapear las sensaciones que pueden gestar una obra.
Por último, en la sección Videre, con gran sensibilidad Hellen Ascoli, Luisa González-Reiche, Negma Coy y el telar de cintura ensayan una práctica de co-producción situada en la que los tejidos pedagógicos se entraman en una co-biografía cartográfica-corporal. Entre contar y urdir, van recorriendo una geografía sensible y vital que las entreteje en puntos constelares donde las memorias se traman y dan vida a una historia compartida. Pedagogías de espaldas, corazón, cabezas y rostros, estómagos, animales, tramas, fabulaciones y maternidades, haceres que se (con)mueven en una narrativa que apenas toca la densidad de las vidas co-biografiadas.
Es nuestro deseo que al encontrarse con estos potentes y provocadores materiales se (con)muevan, pregunten, dancen y abracen gestos sensibles, sutiles y promiscuos, que siembren el desgarro a la normalización, a las fuerzas desgastantes y extractivas de la pulsión vital. Es nuestro deseo que nos encontremos en estas páginas de modo cómplice multiplicando dehiscencias pedagógicas vitales.
Ajá
post(s)
9 versos es todo lo que tenemos,
por ahora…
Referencias
Albán Achinte, A. (2017). Prácticas creativas de re-existencia. Más allá del arte… el mundo de lo sensible. Ediciones del Signo.
Anzaldúa, G. (2021). Luz en lo oscuro/Light in the dark. Re-escribir identidad, espiritualidad, realidad. Hekht.
Beth, E. (2020). 9 y 36. 9 cuentos sobre mujeres y 36 escritos antes de decir adiós. La Mariposa y la Iguana.
Denzin, N. (2017). Los discursos emancipatorios y la ética y la política de la interpretación. En N. Denzin e Y. Lincoln (comps.), El arte y la práctica de la interpretación, la evaluación y la presentación. Manual de Investigación Cualitativa. Vol. 5. Gedisa.
Haudricourt, A. (2019). El cultivo de los gestos entre plantas, animales y humanos. Cactus
hooks, b. (2021). Enseñar a transgredir. Capitán Swing Libros.
Krenak, A. (2023). La vida no es útil. Eterna Cadencia.
Lorde, A. (2007). Sister Outsider. Essays & Speeches. Crossing Press.
Luhmann, S. (2018). ¿Cuirizar/cuestionar la pedagogía? O, la pedagogía es una cosa bastante cuir. (G. Herczeg y G. Adelstein, traductoras). En Pedagogías transgresoras. Bocavulvaria.
Piña Narváez Funes, I. (2021). Guaichía Time. En Futuro Ancestral. OnA ediciones.
Rolnik, S. (2019). Esferas de la insurrección. Apuntes para descolonizar el inconsciente. Tinta Limón.
Wayar, M. (2018). Palabras de fuego: Teoría travesti-trans sudamericana. En Travesti/ Una teoría lo suficientemente buena. Muchas Nueces.
Información adicional
Cómo citar: Barone, O., y Díaz, S. (2023). Vitalidades pedagógicas:
sensibilidades y re-existencias en lo educativo. En post(s), volumen 9
(pp. 12-22). Quito: USFQ PRESS.