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Buscamos en el silencio de las cosas.
post(s)
Universidad San Francisco de Quito, Ecuador
ISSN: 1390-9797
ISSN-e: 2631-2670
Periodicidad: Anual
vol. 5, 2019
Recepción: 05 Mayo 2019
Aprobación: 05 Junio 2019
Cómo citar: Zambrano, G. (2019). Buscamos en el silencio de las cosas. En post(s), volumen 5 (pp. 186-209). Quito: USFQ PRESS.
Buscamos en el silencio de las cosas
En noviembre de 2017, estrené la obra-instalación-documental Buscamos en el silencio de las cosas en Casa Mitómana (Quito) como fin de una residencia artística guiada por Shaday Larios y Jomi Oligor de Oligor y Microscopía. La obra explora la poética de objetos encontrados en Bahía de Caráquez después del catastrófico terremoto del 16 de abril de 2016, en relación con la memoria propia, familiar y colectiva de la ciudad. Con los restos de casas perdidas y de historias de desplazamientos forzados por la inviabilidad del antiguo lugar habitado, esta pieza se enfrenta a cómo construir desde lo que queda y lo que fue, cómo recordar desde las grietas, cómo la materia y la memoria se transforman y se resignifican. En la obra, se construye un espacio de memoria habitable y habitada por historias familiares y reflexiones sobre la vulnerabilidad, el recuerdo, la pérdida y la resiliencia. Es una invitación a mirar el instante en el que todo se transforma.
La obra tuvo una temporada en Casa Mitómana en abril de 2018 y se exhibió parte de la misma en la galería Khôra en julio 2018. Buscamos en el silencio de las cosas es ganadora del premio de Trayectos del inter·actos: Encuentros Públicos de Arte y se presentó en Guayaquil y Bahía de Caráquez en noviembre de 2018. Además, fue invitada a Encuentro Internacional Retablo Abierto en La Habana y Matazas, Cuba, como parte del Circuito de Memoria Material en abril 2019.
FICHA TÉCNICA
Giulianna Zambrano (investigación, instalación, performance y textos)
Daniel Llanos (documental)
Camila Morejón (instalación)
María José Terán (vestuario)
Alex Jiménez (diseño de iluminación)
Juan José Alomía y Sebastián Benalcázar (fotos de objetario)
Isadora Romero y Misha Vallejo (fotos Polaroid del proyecto Puño y Letra)
Andrés Noboa (música)
Miguel Ángel Avilés (asistente de montaje)
Daniel Mena y Lorena Castañeda (luces y sonido en Casa Mitómana)
Cristina Yépez (dibujos en Khôra)
María del Carmen Ordóñez y Nicolás Saavedra (montaje en Khôra)
Esta historia empieza la primera vez que vi cómo se demolía una casa, quizá es una historia de casas. Alguien planifica cómo armarlas pero no siempre cómo se desarman o se rearman.
¿El inicio de una casa es el piso o son las columnas?
*
“A Bahía fuimos en agosto de 1985, cuando mis ñañas pasaban vacaciones en Bahía. Por el calor pasé fastidiosa”, dice mi primer diario de infancia, con la caligrafía de mi mamá. (Primer viaje: el día que conocí el mar)
Nací en 1984. ¿Cuántos viajes más habré hecho a Bahía?
“El 8 de septiembre de 1987 me fui escaleras abajo en la casa de mi abuelita.” (Primera casa de la abuela: escalera)
En los álbumes de fotos: familia, cumpleaños, playa, mar, casas, calles.
*
Fueron 52 segundos. El sacudón duró 52 segundos.
¿Cómo se sienten 52 segundos cerca del epicentro de un terremoto de 7.8 grados?
En Quito, el sacudón lo viví en mi casa, después un salto al clóset, la voz de un amigo preguntándome qué pasaba. Su cara, mi cara.
Va a pasar, va a parar.
52 segundos pasan
51, 50, 49
en un momento, la luz se apaga
¿te acuerdas dónde estabas? ¿te acuerdas con quién estabas?
¿te acuerdas cómo se sentía tu panza? ¿la garganta?
¿las cosas que pasaban por tu cabeza?
35, 34, 33, 32
¿estabas adentro o afuera?
¿las cosas que sentías, las cosas que pasaban por tu cabeza?
¿las sonidos que entraban en tus oídos?
¿podías mover las piernas?
5, 4, 3, 2, 1
Después todo fue tiniebla. Dicen que no se veía nada,
no se entendía nada. El mar hacía ruidos, no sonidos de
mar, ruidos. Había una polvareda leve como niebla.
¿cómo se siente esa niebla?
¿cómo se ve a la luz posterior?
****
¿Se perdieron muchas cosas?
A veces sobraron las maletas.
Encuentro algunas en la ruta que se van llenando de ese silencio primero.
*
¿Cuál es la fuerza aleatoria que elige lo que queda?
Si cada minuto ocurren en la Tierra cinco sismos, ¿cuál es la fuerza que hizo que estuviéramos o no, o que repitiéramos la cita en los más fuertes?
4 de agosto de 1998, 1:59 pm
16 de abril de 2016, 6:58 pm
Un artista transforma la naturaleza en obra: la escultura del mármol, de la madera, la metalurgia, cuerpo en movimiento es danza.En el silencio de las cosas es la naturaleza quien juega con objetos humanos.
¿es esto material humano?
¿Quién es el artista de esta nueva fisonomía de las cosas?
*
En esta historia, hay medias paredes, medios pisos, un baño que cuelga
de un segundo piso, hay zapatos que no calzan…
…aretes que resisten juntos el olvido de un año, como abrazados
debajo de lo que fue una casa; un plato de cristal soporta el peso
de una vivienda desplomada.
sobrevive,
sobreviven.
*
A veces la mente se vuelve matemática en esta búsqueda.
¿cuántas volquetas pueden cargar el peso de una casa de dos pisos?
¿cuántos montones de escombros deja un edificio?
¿a dónde van a parar? y ahí, ¿cuántos montones los acompañan?
¿cuántas pedazos de piedra, madera, vidrio, baldosa deja una villa? uno, dos, tres, cuatro, cinco...
En una escombrera, mueren las respuestas…
por acumulación
por acumulación
Pero, hay verdades microscópicas.
¿puede la magnitud de un movimiento telúrico leerse en un doblez?
Las verdades microscópicas no tienen que ver con temas ni cálculos, sino con miradas. Recuerdan la mesa de disección de la escuela, en la que se indagaba en una lombriz en búsqueda de sus corazones pequeñitos.
Una casa que ha perdido la cuarta pared
deja su corazón expuesto (como la lombriz).
*
Alguien cocina, en el segundo 37, quizá una olla cae, un año después una planicie se siente como grito en la planta del pie.
olla
óxido
doblez
polvo
escombro
parte
astilla
ruptura
esquina
grieta
¿cómo se lee la memoria de una grieta? ¿de un recoveco con polvo acumulado, con polvo acumulado por desuso o abandono.
Hay cajones que abrí que no pude cerrar.
Un cristo partido, se revela cristo de la misericordia por dos rayos; un control remoto que presenció dos terremotos, una demolición y volquetas, por casi 20 años habitó las ruinas del titanic de Bahía; cuando lo encontré, estaba en tres partes, una por catástrofe, pero con que fuerza se aferraba al terreno baldío, era como si patitas de plástico le salieran de cada uno de sus quiebres, como diciendo esto es mío, habito calle Mateus y Octavio Viteri.
***
Una historia es como una casa con cuartos.
¿alguna vez has escrito un mensaje en la pared?, ¿sabes? estuve aquí, son las 2:10 y nunca apareciste; me voy, tú no cambias. No vales ni mierda.
Alguna vez las paredes de un cuarto con un mensaje escrito se desmoronan, el mensaje se vuelve código.
estuve, 2:10. nunca. me voy. no vales.
*
En un minuto se revela una Polaroid.
En un minuto un corazón late 80 veces.
Si este enchufe estuviera integrado sería el impulso eléctrico de esta casa, sería su corazón, con su arteria y su vena bombeando.
No eliges el cuarto de la casa ni el minuto de la
historia donde algo va a pasar.
Cuenta mi abuela, que estaba sentada en el balcón con su amiga Florita cuando se dio cuenta de que los pájaros no revoloteaban cerca de la baranda como de costumbre. Recuerda que mi bisabuela Josefa le decía que hay que tener cuidado cuando la naturaleza se queda quieta; segundos más tarde, el sacudón la encontró cerca de la escalera.
Escalones de agua para los pies sobre la tierra.
Ahora, cuando lo cuenta, bromea, dice que se lo contó a Florita, pero se le olvidó avisarle al resto de la ciudad.
Cuando el interior de una casa queda expuesto, parecen revolotear secretos guardados en los armarios y gavetas. Un cajón perdido de su cajonera.
*
¿Puedes pensar el minuto de tu vida en que todo cambió?
¿Quién elige lo que queda?
Hay remanentes, restos, retazos.
*
¿Cómo se parte una historia?
En inglés, la palabra crane quiere decir grúa, también levantar con una grúa, remover con una grúa; crane es también grulla, ese pájaro de las promesas.
En la cuantificación de la magnitud de la fuerza telúrica, entendí que un brazo de metal puede ser el fin de una piedra agrietada.
Tijera le gana a piedra.
Pero también que los objetos que estaban dejan una huella,
la huella de su peso, y que por más infraleve que sea,
en algunos idiomas hasta tiene nombre.
En el rescate de cosas del esqueleto de una casa apuntalada por bambús, busqué las plantas; tengo en mi casa plantas de la primera casa que vi demolerse.
¿Quién elige lo que queda?
Una casa es un lugar para habitar,
un espacio con objetos que se vuelven memoria.
La casa de mi abuela es una casa que vuela,
como las muchas casas que componen este universo
en espera de las mil grullas.
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Información adicional
Cómo citar: Zambrano, G. (2019). Buscamos en el silencio de las cosas. En post(s), volumen 5 (pp. 186-209). Quito: USFQ PRESS.