La crisis del fútbol brasilero

Heloisa Reis*

heloreis14@gmail.com

Gran formador de jugadores, y con la selección que más veces ganó la Copa del Mundo, el fútbol brasilero es conocido y reconocido mundialmente, A pesar de eso, su estructura y organización legal son consideradas por muchos como ampliamente inadecuadas, requiriendo de profundas reformas. Esta diferencia entre las conquistas obtenidas por nuestro fútbol en las canchas y su desorganización fuera de ellas, nos plantea la siguiente pregunta: ¿estamos pasando por una crisis?

La palabra "crisis" tiene una larga historia de significados. Coloquialmente, se refiere a una situación percibida como anormal o considerada grave. Cuando lo inesperado se hace presente, el presente es inesperado. Situación que afecta cómo nos definimos y nos comprendemos. "Ser o no ser", ya planteaba Hamlet (Outhwaite and Bottomore, 1996) (1). No es ahora que la situación del fútbol brasilero es vista como "anormal". Ya en la década de los 80, la prensa brasilera anunciaba que nuestro fútbol había entrado en crisis. Muchos de nuestros cracks habían ido a jugar a Europa. Hecho que, junto a la crisis económica por la que pasaba el país, llevó a la disminución del interés del público por el fútbol, al menos en términos de presencia en los estadios, reduciendo los ingresos financieros de los clubes (2). Estos, por su lado, tuvieron cada vez menos condiciones para mantener a sus jugadores más hábiles y prestigiosos, generándose un círculo vicioso.

La llamada "crisis" del fútbol brasilero, iniciada en la década de los 80, fue analizada por Helal (1997) (3), quien consideraba que, para superarla, el deporte debía modernizarse, tanto en la legislación como en su gestión, Según el autor, ese proyecto se habría frustrado con la elaboración de la llamada "Ley Zico"(4) (Ley n° 8.672 (5) del 06 de Julio de 1993), donde los cambios más necesarios -la creación de clubes empresas y la extinción del vínculo del pase- fueron dejados de lado. Esta visión de la crisis ha sido ampliamente difundida y ha influenciado a otros actores de los medios deportivos.

En la década de los 90, al mismo tiempo que la selección brasilera se consagraba tetracampeona del mundo, la exportación de jugadores se acentuaba. Con los cambios en el contexto europeo, derivados del caso Bossman, la globalización del mercado de trabajo del fútbol pasó a tener más espacio. Es en ese contexto que, en 1998, la legislación brasilera fue alterada y la antigua ley de pases fue extinguida -lo que no ocurrió sin que algunas garantías fueran mantenidas para los clubes, como la multa en caso de recesión del contrato y prioridades y beneficios para los clubes formadores-. Esos cambios fortalecen un modelo de club empresa que, con todo, no transformó las relaciones estructurales no profesionales presentes en las agrupaciones futbolísticas nacionales.

Al cabo de 15 años de implementación de esa nueva legislación, en lo que atañe a resultados, la selección nacional se consagró pentacampeón mundial y, en cinco oportunidades, nuestros jugadores ganaron el premio al mejor del año, aunque cabe recordar que ninguno de ellos jugaba en clubes brasileros. Esta constatación evidencia el escenario del fútbol brasilero que, a pesar de tener excelentes jugadores y una de las mejores selecciones del mundo, a nivel de sus clubes y campeonatos enfrenta enormes dificultades, siendo estos en su mayoría deficitarios.

Transferencias y finanzas de los Clubes

Cuando nos detenemos en el mercado de jugadores del fútbol brasilero, llama la atención el gran contingente que emigra al exterior. Según Silva y colaboradores (6), de 2002 a 2008, creció en 76% la cantidad de jugadores exportados (de 616 a 1085). Los datos de la FIFA nos muestran que ese número creció aún más en 2011, alcanzando cerca de 1500. Si comparamos con 1997, antes de la aprobación de la "Ley Pelé" (Ley n° 9.615/98 del 24 de Marzo de 1998)(7), el crecimiento es del 171%. De acuerdo a la FIFA, los clubes brasileros son los mayores beneficiarios de transferencias en el mundo, habiendo recibido en 2012, US$121 millones (8).

En un primer momento, estos datos nos podrían llevar a creer que el fútbol brasilero pasa por una fase de gran avance. En realidad, por más que lideren el ranking internacional de valores recibidos por transferencias y que el éxodo de jugadores haya crecido en los últimos años, en general la situación de los clubes es de creciente endeudamiento. Juntos, 23 clubes brasileros sumaron R$ 4.723.700.000 de deuda en 2012 (más de 2.000 millones de dólares). De esto, cerca de 1.5 billones está en manos de Timemania, mecanismo que fue creado para desahogar la deuda de esos equipos con el Estado (deudas tributarias, de INSS y FGTS)(9). Es importante destacar que cuando Timemania fue aprobada en 2007, con el objetivo de disminuir la deuda de los clubes con el Estado, el nivel de deuda era de 1.1 billones de reales, lo que demuestra que la ley no ha servido para disminuir estas obligaciones con el Estado (10).

En 2012, el Flamengo era el club más deudor del país, sumando RS 741.7 millones, de los cuales RS 280 millones corresponden a deuda con el Estado. Otros clubes de Rio de Janeiro, como Fluminense, Botafogo o Vasco da Gama, están también entre los mayores deudores. Cuando se compara con el total de recetas de los clubes, las deudas son proporcionalmente más pesadas en el caso de Botafogo (9.5 veces más que los ingresos), Fluminense (5 veces), Atlético MG (3.6 veces), Vasco (2.8 veces) y Flamengo (1,9 veces) (11). Vemos que, incluso con una intensa exportación de jugadores y con incentivos legales, los mayores clubes nacionales no fueron capaces de eliminar o al menos disminuir significativamente sus deudas.

Por un lado, esta situación lleva a que los equipos tengan la necesidad de negociar sus jugadores más habilidosos, creando un escenario en el cual el Brasil desempeña un papel de exportador de "mano de obra" para los centros europeos, donde el fútbol-empresa está más consolidado. Por otro lado, eso no impide a los equipos aumentar cada vez más sus gastos a través del paquete salarial. El regreso de "ex" vedettes al Brasil -como Roberto Carlos, Adriano. Deco, Juninho Pernambucano, entre otros son ejemplos de proyectos de mercadeo que no dan réditos. Proyectos que, debido a sus altos costos, perjudican más aún el equilibrio de los clubes.

La respuesta de los clubes y de la sociedad

Mientras tanto, esta situación no ha llevado al Estado a presionar más a los dirigentes deportivos, a que mejoren la gestión financiera de sus clubes. Por el contrario, a inicios de año, se discutió otro dispositivo legal que tiende a subsanar la deuda de los clubes con el Estado. Conforme prevé ese mecanismo, 90% del valor de cada deuda podría ser compensado con proyectos sociales, apenas 10% deberá ser cancelado en dinero, pero incluso eso de manera escalonada (12). Esa es la situación paradójica del fútbol brasilero: al mismo tiempo que produce grandes jugadores, tiene una pésima estructura legal y administrativa. Situación que no es nueva, y que tampoco parece estar próxima a su fin.

Según Proni (2000) (13), la respuesta de los clubes brasileros teniendo en cuenta la necesidad de "modernizarse" e integrarse al mercado global del fútbol, es conservadora, reafirmando su situación de exportadora de mano de obra en detrimento de la consolidación del espectáculo deportivo nacional. Se han mantenido gestiones poco democráticas, extremadamente endeudadas y marcadas por corrupción e intereses sospechosos. Por otro lado, el Estado brasilero ha sido cómplice, al permitir que las deudas se mantengan. Este escenario configura la llamada "crisis" del fútbol brasilero, que no es ni esporádica ni puntual, sino una condición perenne del fútbol en nuestro país.

En función de esa perennidad, es pertinente problematizar aquí la propia noción de crisis. Como ya indicamos, el término "crisis" sugiere "anormalidad". Pero, una "anormalidad" que se torna "normal", se anula a sí misma. Esto es, la condición de exportador de jugadores parece ser mucho más un orden social del fútbol brasilero que una situación esporádica. Más aún, dentro del modo de producción capitalista, sería de extrañarse que un mercado periférico como el brasilero, consiguiera traer a los mejores jugadores del mundo. En realidad el Brasil sí ha importado jugadores, pero la mayor parte de ellos de poca notoriedad o de mercados aún más periféricos. Jugadores que encuentren en el país, una posibilidad de ganar más visibilidad y dinero de lo que lograrían en sus empobrecidos países, y concretar el sueño de un día jugar en Europa. Todo absolutamente "normal" desde el punto de vista de la lógica capitalista.

Ante esto, tal vez, la pregunta no sea si el fútbol, brasilero vive o no una situación de crisis, sino cómo ese diagnóstico ha sido utilizado y a qué tipo de intereses se enfoca. Al final de cuentas, el término de "crisis" ha sido utilizado para defender los más distintos intereses. Dirigentes y políticos lo han utilizado para beneficiarse, justificando su involucramiento con prácticas clientelares y clandestinas. Por su lado, académicos, periodistas, "especialistas" en gestión y otros paladinos del neoliberalismo han utilizado el término para defender la institución del modelo de "club-empresa", como si los intereses de los capitalistas fueran los mismos que de los hinchas. Modelo que no resuelve el problema de las deudas con el Estado, ya que el formato de empresa no garantiza un balance superavitario. Más aún, constituye un retroceso ya que convierte a la gestión de los clubes en aún menos democrática. Al final, en este esquema, el hincha es colocado apenas en una condición de consumidor, sin derecho a voz ni poder político real.

Desde nuestro punto de vista, aunque sea conceptualmente problemático, el término crisis tiene una ventaja: cuando hablamos de "crisis", implícitamente reivindicamos algún tipo de cambio. Y el fútbol brasilero sin duda tiene que cambiar. Como ya sugerimos, para cambiarlo más profundamente, sería necesario transformar el propio modo de producción capitalista. Se trata, evidentemente, de un desafío enorme. Inmensidad que no puede, sin embargo, frenar la búsqueda de soluciones concretas e inmediatas. Aunque de manera limitada, es posible mejorar la forma como el fútbol brasilero se conduce institucionalmente. Mejora que no solo implicaría mecanismos para que nuestros mejores cracks se queden, sino sobre todo crear una estructura institucional más justa y democrática, en la cual los hinchas tengan la posibilidad de intervenir en los senderos de nuestro fútbol, haciendo valer sus necesidades e intereses. Mientras tanto, es necesario estimular, entre otras cosas, la popularización del esquema de asociados de los equipos, y posibilitar la efectiva participación de los hinchas (y de los atletas) en la gestión de la CBF y las federaciones estatales. En suma, no se gana nada con cambiar la figura del dirigente deportivo lleno de intereses particulares (muy conocido como "cartola" en Brasil) por la del CEO (Gerente General) …

1 OUTHWAITE, William; BOTTOMORE, Tom. Dicionário do pensamento social do século XX. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Ed., 1996.

2 HELAL, Ronaldo. Passes e impasses: futebol e cultura de massa no Brasil. Petrópolis: Vozes, 1997. 133 p

3 iden

4 “En el año 1990, el ex jugador del Flamengo y de la selección brasilera Zico, fue nombrado por el Gobierno del Presidente Fernando Collor de Mello, como Secretario Nacional de Deportes. En esa época él formó un equipo de trabajo que asumió el compromiso de elaborar un proyecto que estableciera las bases para la reestructuración del sistema deportivo nacional. La ley que en su honor fue bautizada “Ley Zico” fue terminada recién en 1993 cuando Zico y su equipo habían sido ya sustituidos en la Secretaria, y su proyecto sujeto a una serie de distorsiones” (SOUZA Júnior, Osmar Moreira. Futebol como projeto profissional de mulheres: interpretações da busca pela legitimidade. Campinas: Unicamp, 2013 (Tese de doutorado).

5 Disponíble en: http://www2.camara.gov.br/legin/fed/ lei/1993/lei-8672-6-julho-1993-349784-publicacaooriginal-1-pl.html Acesso en 14/08/2012.

6 SILVA et al. Panorama das transferências de jogadores de futebol de clubes brasileros para o exterior entre os anos de 2002 e 2007. In: Coleção pesquisa en educação física – vol. 7, no. 1, 2008.

7 Disponíble en: http://www2.camara.gov.br/legin/fed/ lei/1998/lei-9615-24-marco-1998-351240-publicacaooriginal-1-pl.html Acesso en 28/08/2013.

8 WIER, K. Jogadores brasileros lideram transferências internacionais. 16 abr. 2013. Disponível en <http://brasileconomico.ig.com.br/noticias/jogadores-brasileros-lideram-transferencias-internacionais_130980.html> Acesso en agosto, 2013.

9 GONÇALVES, E. Aumenta a dívida tributária brasilera. 24 abr. 2013. Disponível en: <http://globoesporte.globo.com/ platb/olharcronicoesportivo/2013/06/24/o-endividamento-dos-principais-clubes-brasileros/> Acesso en agosto, 2013.

10 GONÇALVES, E.Divida da Timenania de 25 clubes atinge 1,4 bilhão de reais. 29 mai. 2013. Disponível en: < http://globoesporte.globo.com/platb/olharcronicoesportivo/2013/05/29/divida-da-timenania-de-25-clubes-atinge-14-bilhao-de-reais/>

11 ROCHA, A. Os clubes, suas dívidas impagáveis, a Caixa e a Copa do mundo. Valorinveste. 30 jul. 2013. Disponível en: < http://www.valor.com.br/valor-investe/o-estrategista/3216272/os-clubes-suas-dividas-impagaveis-caixa-e-copa-do-mundo> Acesso en agosto, 2013.

12 REBELLO, A. Governo quer baixar MP para perdoar 90% de dívida bilionária de clubes. UOL esporte. 27 mar. 2013. Disponível en: < http://esporte.uol.com.br/futebol/ ultimas-noticias/2013/03/27/governo-quer-baixar-mp-para-perdoar-90-de-divida-bilionaria-de-clubes.htm> Acesso en Agosto, 2013.

13 PRONI Marcelo, A metamorfose do futebol. Campinas: Unicamp. Instituto de Economia, 2000. v. 1. 272 p

* Reconocida como la principal investigadora brasileña en temas de la violencia asociada al fútbol. Profesora de la Facultad de Educación Física de la Universidad Estatal de Campiñas, Brasil.

** Traducción: Pablo Lucio Paredes