La crisis eterna: los clubes argentinos y la deuda como política

Pablo Alabarces

palabarces@gmail.com

Juan Branz

juanbab@yahoo.com.ar

En el contexto general de la crisis económica extendida en todoel deporte en América Latina, la situación del fútbolargentino no puede escapar a ese cuadro. Se trata de un fútbolbásicamente deficitario, en el que los ingresos, a pesar laexpansión de los últimos años (especialmente enderechos televisivos), no alcanza a cubrir los cuantiosos egresos. Yademás, se encuentra aquejado por una corrupciónestructural que no hace más que agravar un estado de cosas depor sí complejo.

Las siguientes líneas exponen algunos datos, indicadores de losproblemas de las estructuras financieras de los clubes profesionalesdel fútbol argentino. Aunque este panorama revela losdesastres económicos, entre activos y pasivos, de todos losclubes de todas las categorías del fútbol argentino,nos centraremos en algunos ejemplos de las instituciones de PrimeraDivisión.

Históricamente, los clubes argentinos de fútbol son entidades privadas sin fines de lucro. Durante los años 90, a tono con la oleada neoliberal hegemónica, hubo varios intentos de modificar esa tradición organizativa, especialmente motorizados por el empresario Carlos Ávila, organizador del monopolio de las transmisiones televisivas a través de Torneos y Competencias (en sociedad con el Grupo Clarín, un oligopolio mediático), en alianza con el empresario Mauricio Macri, quien había llegado a la presidencia del Club Boca Juniors (el más popular de la Argentina) a través de elecciones entre los socios, como lo exigen los estatutos democráticos de todas las asociaciones deportivas. Este intento fue resistido por la mayoría de los clubes, y contó finalmente con la oposición de Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que leyó rápidamente que esa propuesta podía debilitar su poder (Grondona lleva, al día de hoy, 34 años como presidente de la AFA, entre 1979 y 2013).

La clasificación de "organismos sin fines de lucro" choca con la obvia condición de máquinas productoras de bienes materiales y simbólicos transables en el mercado, pero implica, entre otras condiciones, que los directivos no son remunerados por sus funciones, y ha acarreado, históricamente, la ausencia de cuadros profesionales entrenados en la gestión de instituciones deportivas. La tradición amateur de la dirigencia deportiva argentina (no sólo en el fútbol: en todos los deportes) ha consagrado como líderes de las instituciones a profesionales independientes o pequeños empresarios, en general ligados a los territorios de influencia. La aparición de Macri, en 1995, reintrodujo el modelo del gran empresario exitoso (que ya había pasado por la presidencia de Boca Juniors con la figura de Alberto J. Armando entre 1960 y 1980), pero ahora desligado de las tradiciones políticas del club y marcando la impronta neoliberal en boga: lo más importante pasaba a ser la gestión de una marca exitosa, antes que la preocupación por el rol social del club deportivo. Desde ese momento, la crisis financiera permanente de los clubes llevó a la búsqueda de alternativas más o menos violatorias de la legislación sobre las entidades deportivas, entre las que se cuentan el gerencia- miento y otras formas de privatización encubierta. El caso más conocido es el del club Racing de Avellaneda, uno del llamado "grandes" del fútbol argentino, al que las bancarrotas económicas llevaron a su cierre por pocas horas en 1999, siendo rescatado por la sanción de una legislación ad hoc dictada por el Poder Legislativo nacional y luego por el gerenciamiento privado de sus actividades futbolísticas. Esta gestión volvió a desbarrancarse en la crisis económica (desde 2008, el club volvió a ser conducido por autoridades electas entre sus socios), señalando que el déficit no parece corresponderse con la calidad de la gestión, sino que es estructural.

La mayoría de las instituciones estuvo o está al borde de la quiebra financiera: por malversación de fondos, inequidad en la distribución de dinero por los derechos televisivos, operaciones sin éxito (venta de jugadores, por ejemplo), proyectos sin horizonte a mediano o largo plazo que logren estabilidad institucional. Todos ellos son argumentos que exponen una vieja, aunque todavía vigente problemática.

Informe de situación

En el año 2012 todos los clubes argentinos de primera división perdieron, como balance de sus ingresos y egresos, $50 millones, además que sus pasivos no paran de crecer, hasta alcanzar la cifra de $1655 millones.1 Esto supone un aumento del 27% con relación a 2011. Desde agosto de 2009 en que los clubes reciben el aporte estatal por la televisación (volveremos sobre esto), las deudas se incrementaron un 47 %. Pasaron de $ 1131 millones a la cifra actual.

En un informe del suplemento "Cancha llena", del diario La Nación, se afirma que:

"Lejos de asumir la realidad, los clubes exprimen el ingenio para que sus cuentas no se desbanden. Los artilugios contables asoman en cada ejercicio. Algunos optaron por el revalúo y la escritura de nuevos activos (River, Estudiantes de La Plata, Argentinos Juniors). Otros, por cubrir sus déficits operativos con las cuotas de las transferencias realizadas en períodos anteriores (Lanús). San Lorenzo, que está siendo auditado por la empresa Deloitte, e Independiente, que admitió un pasivo cercano a los $330 millones (y un patrimonio neto de apenas $3 millones), son los que están en peor situación.

Aquí no hay plata que alcance.Ni los ingresos por ventas, ni el insuficiente aporte de la TV por cable, ni las moratorias impositivas, el Fútbol para Todos.Nada consiguió equilibrar las cuentas. A fines de 2008 los clubes debían 700 millones de pesos. Hoy ya superan en dos veces esa cifra. Y nada hace suponer que no siga creciendo."1

Los números de algunos clubes de primera división son los siguientes:

1. Boca Juniors:

El pasivo total es de $1,2 millones, de los cuales $150 millones están incluidos en el pasivo corriente. Es decir, son exigibles a corto plazo. El balance reconoce deudas por $87,3 millones, un aumento de $33,4 millones en relación al ejercicio anterior.

2. San Lorenzo:

"San Lorenzo está saliendo del infierno, pero sigue al borde de la quiebra", dijo el presidente Matías Lammens en una reciente entrevista con La Nación3. Lammens proyectó un pasivo total de $234 millones.

3. Independiente:

Al 30 de junio de 2012, la centenaria entidad de Avellaneda reconoce el pasivo más abultado de todo el fútbol argentino: $329,8 millones. Su presidente Héctor Cantero reconoció la ayuda de la AFA para salir del mal momento: "Hubo una ayuda al comienzo. Después, no. Ahora esperamos comenzar a cobrar".

4. Racing:

El club reconoce un déficit operativo anual de $31 millones, lo que equivale a $2,58 millones de pérdida por mes.

5. Colón

El club santafesino pagó la última cuota y levantó así un concurso de acreedores, convocado para disminuir el déficit. No se suministraron cifras actuales de su pasivo.

6. Quilmes

"Fue un buen balance. Reconoce un plan de pagos con la AFIP (la agencia impositiva del estado nacional) y la deuda con AFA", dice Carlos Coloma, vicepresidente del club. Asegura, además, que el pasivo de la institución "está controlado", pero no reconoce ningún monto.

7. River:

Los libros contables de River reflejan un considerable aumento en los servicios financieros: recibió préstamos por $58,49 millones, cuando el año pasado la cifra era de $23,9 millones. Además, incrementó en casi $6 millones su deuda con la AFIP, que ahora alcanza los $10 millones. El pasivo total se incrementó en $64,18 millones. "La deuda real es menos de $100 millones", dice Diego Turnes, vicepresidente 1°.

8. Argentinos Juniors

Su pasivo aumentó en $12 millones, aunque afirma que su ejercicio da superávit.

9. Vélez Sarsfield

La imposibilidad de seguir transfiriendo a sus mejores futbolistas al exterior, y el aumento de los costos internos hicieron que el último campeón del fútbol argentino pierda $26,3 millones en el año. Sin embargo, disminuyó su pasivo total, que pasó de $85,74 millones, a $80,9 millones. Se trata, según reconocen todos los interesados, del club con mejor administración…

10. All Boys

La entidad de Floresta reconoció $ 6,27 millones de pérdida en el último balance. El pasivo trepó hasta los $35,7 millones. El plantel ventiló sus reclamos por sueldos atrasados.

11. Belgrano de Córdoba

El club cordobés cerró con superávit su primer balance luego de volver a manos de los socios, tras un período de gerenciamiento privado. "No hay deuda real, y no pasamos sobresaltos", dice el presidente, Armando Pérez.

12. Newell's Old Boys de Rosario

Como en 2011, sus cuentas cerraron en positivo. De los $120 millones de pasivo, sólo $90 millones serían exigibles.

13. Tigre

Las finanzas del club exhibieron un déficit acotado y un pasivo de $8 millones, de los que $3,8 millones corresponden a la deuda con AFA y cerca de $3 millones con la AFIP.

14. Godoy Cruz de Mendoza

"A mí no me gusta hablar de números", se excusa Mario Contreras, presidente del club. Pero admite que el club mendocino hizo obras con recursos propios por valor de $15 millones.

15. Lanús

Lanús tuvo un superávit de $22 millones, pero el pasivo se incrementó en $13 millones. "Hoy gastamos más que hace dos años en sueldos y eso es un problema. Muchos optan por no irse por lo que pagan acá. Hay que tener cuidado a futuro", advierte Alejandro Marón, presidente del club.

16. Estudiantes

Pese a los $173 millones que incluye el activo gracias a las nuevas cotizaciones de los inmuebles, su pasivo aumentó más de tres veces: pasó de $37 millones a $109,63 millones. De ellos, $71,8 millones conforman el pasivo corriente.

Los top 5 de 2012

Clubes con mayores pasivos y los que tuvieron mejores resultados durante el último año.

Mayores Pasivos Globales

  1. Independiente $329.812.688
  2. River $297.842.795
  3. Boca $166.180.169
  4. San Lorenzo $159.289.949
  5. Newell's $120.000.000

Mayores Superávits del 2012

  1. Argentinos Jrs. $54.074.057
  2. Lanús $22.082.901
  3. River $17.301.890
  4. Racing $17.024.354
  5. Belgrano $10.000.000

Las claves

La cifra antes citada de $1655,4 millones como pasivo total de las instituciones de la Primera División del Fútbol argentino equivale a U$D 295,60 millones, al cambio oficial de septiembre de 2013. Las razones son muy variadas, y responden a causales complejas que se agravan producto de las malas administraciones.

En primer lugar, aunque los derechos televisivos se han incrementado, siguen lejanos de los producidos por las Ligas europeas. Del mismo modo, se han incrementado las cifras de sponsoring y merchandising. pero también son lejanas de las producidas por las Ligas más poderosas, y chocan con la realidad de un mercado periférico, en el que las mercancías deportivas legítimas, de precios muy altos y orientadas a un mercado de clases medias y altas, son duplicadas clandestinamente en un mercado paralelo, destinado al público de las clases populares, y que obviamente no reporta beneficios para los clubes y los licencia- tarios de las marcas.

En relación con los ingresos por ventas de entradas, estos suelen estar casi integramente dedicados a cubrir los costos de apertura de los estadios y los de seguridad policial: las policías, federal o provinciales según la jurisdicción, cobran una suma por efectivo destinado a la seguridad durante los juegos, y la cantidad de efectivos es dictaminada por la autoridad policial en función de la mayor o menor conflictividad de las hinchadas de los contendientes. Desde agosto de 2013, y a raíz de nuevos e inveterados sucesos de violencia -aunque en estos tiempos suelen ser internos a las hinchadas como producto de luchas de poder-, las autoridades prohibieron la concurrencia de públicos visitantes a los estadios. Esto implica que casi no hay ingresos por venta de entradas, ya que los socios de los clubes no abonan los tickets.

Respecto de las compras y ventas de los jugadores, los clubes se encuentran en una situación dilemática. En primer lugar: en muchos casos, los jugadores más jóvenes negocian sus ingresos a las divisiones formativas ya con porcentajes de sus pases en manos de intermediarios o inversionistas, o los clubes van vendiendo porcentajes a medida que los jugadores más destacados se acercan a la primera división. El resultado es que, producida una venta, no ingresa al club el total de lo producido. En segundo lugar, el mercado de pases es básicamente dependiente de las ventas al exterior, en crisis a raíz de las mayores urgencias económicas europeas: las grandes transferencias por sumas millonarias se han reducido, en el caso argentino, drásticamente. En tercer lugar, la avidez por la venta es tan grande que los clubes cada vez venden a sus jugadores más jóvenes, a veces con menos de una temporada en la primera división, por lo que las cifras son sustancialmente menores que por la venta de un jugador maduro con tránsito por el escenario internacional (las Copas sudamericanas o el seleccionado nacional).

Simultáneamente, a pesar de la baja en lo producido por ventas, los clubes, especialmente los más grandes, se ven impulsados a gastar sumas ingentes en el mercado local o en la repatriación de jugadores veteranos por la presión de sus parcialidades frente a la ausencia de títulos o, como fue notorio en el caso de River Plate e Independiente, el riesgo del descenso de categoría.

Pero además se suma, como señalamos, la corrupción estructural en la dirigencia, los intermediarios, los empresarios, los representantes y los propios jugadores. Además de los rumores que hablan de la cesión de porcentajes a, por ejemplo, las propias barras bravas de las hinchadas (rumor insistente en el caso de River Plate, pero también notorio en la gestión del club Newell's de Rosario hasta 2005). En 2012 la AFIP enjuició a varios jugadores, clubes y representantes a partir de detectar maniobras de triangulación de los pases: un jugador con el pase en su poder negociaba su ingreso a un nuevo club, pero antes declaraba una venta a pequeños clubes de Chile y Uruguay que a su vez revendían el pase a la institución de destino final. Eso permitía evadir impuestos, pero además la generación de jugosas diferencias para todas las partes involucradas, así como la violación del régimen de control del mercado de cambios (al declararse como transferencias al exterior, se permitía la compra de divisas a cambio oficial).

Los derechos televisivos

En agosto del 2009 la AFA rescindió el contrato de exclusividad con Torneos y Competencias, empresa del Grupo Clarín propietaria de todos los derechos televisivos, dejando desmantelado el funcionamiento monopólico de las transmisiones deportivas. La medida fue tomada en el contexto de una crisis política más amplia: el gobierno, presidido por la peronista Cristina Fernández de Kirchner, estaba envuelto en una dura pelea con el Grupo, un poderoso multimedios, propietario de televisoras y radios, del 90% de las operadoras de televisión por cable, del 85% de la producción de papel para diarios y del principal periódico, el diario Clarín; el Grupo poseía, así, una enorme capacidad de influencia en la opinión pública.

Desde poco tiempo antes, el Grupo se había distanciado de las posiciones oficialistas y volcado a la oposición. El gobierno argentino, entonces, pasó a la ofensiva: envió al Parlamento un proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual por la que se prohibía toda concentración monopólica de medios de comunicación, y obtuvo su aprobación en octubre de 2009. Simultáneamente, apuntó sobre la televisación del fútbol: porque el contrato de exclusividad de la AFA con TyC de 1985 había sido sucedido, en 1991, por un contrato con TSC (Televisión Satelital Codificada), empresa en la que TyC se había asociado con el Grupo Clarín, por lo que éste también había adquirido el monopolio de la transmisión televisiva.

La posición monopólica del Grupo alcanzaba todos los niveles del hecho deportivo: era socio de la AFA en el contrato de televisión; era dueño de todos los derechos de transmisión del fútbol, lo que incluía los partidos de la selección argentina; concentraba la transmisión en sus canales 13 (abierto) y TyC

Sports (por cable); negaba la señal de éste último a los operadores de TV por cable que no le pertenecían, con lo que los ahogaba económicamente -ningún cable podía prescindir del fútbol en su oferta para luego adquirirlos por monedas y monopolizar el servicio en casi todo el país; y regulaba políticamente el deporte a través de la influencia del diario Clarín, el de mayor venta en la Argentina -en el que, por ejemplo, se evitaba todo tipo de cuestionamiento de la figura de Julio Grondona, presidente de la AFA desde 1979 y a la vez vicepresidente de la FIFA, continuamente sospechado de hechos de corrupción en ambas organizaciones-.

En ese marco de enfrentamiento político del monopolio Clarín con el gobierno, éste aprovechó la crisis económica de los clubes. La empresa TSC pagaba 300 millones anuales a la AFA como canon destinado a los clubes; éstos reclamaron el aumento a 720 millones, lo que fue negado. El gobierno ofreció entonces 600 millones de pesos anuales, equivalentes entonces a 150 millones de dólares, lo que fue rápidamente aceptado. La AFA canceló su contrato, que tenía vigencia hasta 2014, a pesar de las amenazas de juicios, y concedió el monopolio de las transmisiones al Estado, el que a su vez encargó al canal de televisión pública la transmisión de lo que llamó "Fútbol para todos": el fin del monopolio privado, centrado en la transmisión por cable y satélite codificado, y el paso al monopolio estatal, orientado a la transmisión por televisión abierta, que debería garantizar la gratuidad y transmisión de todos los partidos de los torneos locales de primera división a través de la Televisión Pública. Aunque no fue hecho explícito, el Grupo Clarín mantuvo el monopolio sobre todo el fútbol de las ligas de ascenso. Desde 2011, producto del descenso de River Plate a la Segunda División, "Fútbol para Todos" también se hizo cargo de las transmisiones de esa serie.

El contrato estipulaba que la suma abonada debía incrementarse anualmente en función del Valor Básico de Referencia del abono de la televisión por cable.

Aunque se estima que el mismo creció entre agosto de 2009 y marzo de 2013 un 71%, la suma abonada por el Estado argentino a la AFA creció de los 600 millones iniciales a 825 millones en noviembre de 2011, un 37,5%. Por ello, la AFA reclama continuamente un incremento de los fondos.

Sin embargo, entre las justificaciones iniciales de la operación estatal figuraba la crisis económica de los clubes. Consecuentemente, el incremento en un 100% en relación a la cifra abonada por la televisión privada debía conducir al saneamiento financiero. Sin embargo, se estima que el pasivo de los mismo creció un 48% en el periodo de la gestión estatal de la televisación: ningún control se ejerció sobre el destino de los fondos, y ninguna auditoría de los órganos estatales (las asociaciones deportivas están sujetas al control de organismos reguladores generales, entre ellos la agencia impositiva) apuntó a desmantelar el mal manejo de los dirigentes de fondos que, ahora, habían pasado a ser de origen público, procedentes de la recaudación estatal.

La conclusión necesaria de este cuadro es que parece no haber soluciones para la crítica situación financiera de los clubes. Algunos, con mayor presencia de sus comunidades territoriales en el control de sus gestiones, escapan al cuadro cíclico de pasivos descomunales, quiebras negociadas y fugas de dinero clandestinas. Pero no a lo que parece un destino manifiesto de todo el fútbol argentino: el endeudamiento como único horizonte del pensamiento.

Fuentes revisadas

"Los clubes de primera deben $1655,4 millones". En "Canchallena", Diario La Nación. http://canchallena.lanacion. com.ar/1543539-los-clubes-de-primera-deben-16554-millones. 07/01/2013

"Clubes quebrados y especulación, el verdadero descenso del fútbol ". En Tiempo Argentino. http://tiempo.info- news.com/notas/clubes-auebrados-y-especulacion-verdadero-descenso-del-futbol. 10/07/2011

"El fútbol del despilfarro viene asomando". En Página 12.

http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-181616-2011-11-20.html. 20/11/2011

1 Todas las cifras son en pesos argentinos. A septiembre de 2013, el cambio de pesos a dólares está cercano a los $ 6 por cada dólar.

2 En "Canchallena", "Los clubes de primera deben $1655,4 millones". http://canchallena.lanacion.com.ar/1543539-los-clubes-de-primera-deben-16554-millones. 07/01/2013.

3 Ibidem

* Pablo Alabarces es Doctor en Sociología, Profesor Titular de las Universidades de Buenos Aires y La Plata e Investigador Principal del CONICET (Argentina).

* Juan Branz es Licenciado en Comunicación Social, Profesor Auxiliar en la Universidad de La Plata, becario doctoral del CONICET (Argentina) y Doctorando en Comunicación (UNLP).