La regionalización económica del Ecuador

Tangya Tandazo Arias

Maestra en Economía Urbana y Regional. Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Técnica Particular de Loja.

La regionalización en el Ecuador siempre ha estado definida por una serie de cuestiones históricas, políticas y sociales, dejando de lado las cuestiones económicas que hoy en día cobran importancia debido a los problemas coyunturales que atraviesa como el desempleo, la pobreza, la migración, etc. Una visión diferente es la regionalización económica-funcional, puesto que constituye un nuevo enfoque de análisis que permite plantear desde una visión más real soluciones posibles para lograr un desarrollo más equilibrado y coherente con las estructuras de las regiones.

Introducción

A partir del nuevo ordenamiento territorial en el Ecuador el tema regional que ha cobrado mayor interés, de tal manera que mucho se habla al respecto, llegando incluso a connotaciones erróneas, que terminan confundiendo y hasta mitificándolo. Por ello creo importante iniciar el presente artículo señalando que la regionalización no es otra cosa que una metodología, que se utiliza para modificar el orden territorial de un Estado en unidades más pequeñas, es una herramienta básica para planificar el desarrollo e incluye toda la heterogeneidad de un espacio geográfico. No es una delimitación preestablecida, de ahí que pueden existir muchas regionalizaciones dependiendo del objetivo que se persiga.

La discusión en torno a la regionalización en nuestro país ha estado en auge por varias décadas y por lo regular vinculado a la descentralización del poder político, así se han planteado diferentes maneras de hacerlo, partiendo desde la base de una descentralización a través de la instauración de un gobierno federal a una descentralización provincial, actualmente se ha optado por una descentralización lineal que ha culminado con una regionalización en el mismo sentido. En todos los casos, el común denominador ha sido la regionalización política-administrativa.

Así, el problema regional en el Ecuador se resume en el reconocimiento por una parte y el desconocimiento por otra, de la diversidad de la estructura económica de las provincias que conforman las diferentes regiones, así como las capacidades de las sociedades y las potenciales complementariedades interregionales que se pueden obtener si se lo realiza considerando o teniendo como fundamente teórico la economía espacial. Esto en función de que la organización administrativa y niveles de poder que surja de ella deben tener mayor coherencia con los objetivos de desarrollo regional que se quieran alcanzar, a pesar que este tema no es de preocupación del presente estudio, no se desconoce que es interesante su análisis a futuro.

Lo que se pretende es mostrar que la actual regionalización de corte político-administrativo y sobre la cual rige la planificación del desarrollo no es coherente puesto que asume que todas las regiones son homogéneas desconociendo con ella las diferencias y disparidades que presentan cada una de ellas y las cuales las podemos observar desde la óptica de su funcionalidad.

De la regionalización político-administrativas a la regionalización funcional

Según W Richardson (1971). Todas las regiones presentan particularidades, pero ello no hace que sean mutuamente excluyentes, ya que dentro de una región político-administrativa es posible encontrar regiones económicas y viceversa y a la vez pueden poseer características de regiones homogéneas dependiendo del estudio que se realice.

Puntualizando, la región político - administrativa, es un área en la cual se aplican las mismas decisiones económicas, políticas y de planeación de desarrollo lo que le da unidad al área. Son resultado de la organización y representación espacial del poder, de tipo político que se originan en los procesos históricos que han permitido configurar proyectos de constitución de los estados naciones y los mecanismos político-institucionales para hacer posible la gobernabilidad y gestión territorial.

Las limitaciones de esta regionalización es considerar que todo el espacio económico es isotrópico, que tienen un comportamiento similar y los resultados de las políticas, planes y programas se cumplen de maneras paralela ya que no consideran la localización de las actividades productivas, los recursos y características específicas de los sitios.

La región funcional o polarizada por su parte, es un concepto derivado del francés Perroux (1955), donde se habla de un polo de desarrollo y las áreas satelitales cuyo dinamismo depende de su interacción de la periferia con el centro motor.

Las regiones funcionales se basan en la interdependencia económica entre las áreas geográficas, se puede diferenciar dos regiones: las nodales y funcionales. Las primeras que comprenden un centro y un área de influencia, se debe considerar como un caso especial de región funcional, ya que su estructura tiene un solo punto focal en torno al cual se producen las interacciones económicas. Las regiones funcionales, en cambio, tienen como característica las interrelaciones, las mismas que dan lugar a una estructura en la cual cada una de sus partes desempeña una función económica.

De ahí que, la región viene caracterizada no por la morfología o por el paisaje, sino por las funciones expresas de las estructuras que dirigen o que influyen en la organización del territorio. Si en el pasado el concepto de región se concebía desde la uniformidad física y humana, ahora se determina por las interrelaciones (económicas, sociales,…) que unen a los diversos componentes de un territorio creando en consecuencia una red de flujos a partir de los cuales queda organizada una determinada estructura espacial.

El análisis y limitación de las mismas tiene como punto de partida el conocimiento intuitivo a partir del cual se realiza la selección de las variables y umbrales más significativos. Ello supone que se bebe superar la mera yuxtaposición de elementos físicos y humanos para buscar la funcionalidad integral. En este proceso se da la necesidad de priorizar unas variables, las que expliquen lo esencial de su organización y dinamismo, dejando en segundo plano otras que cuentan con menor valor explicativo. Llegando así a determinar un espacio cohesionado, estructurado por la interrelación de las partes que lo componen y que definen lo esencial del conjunto en cada momento. A su vez, ha de ser un sistema abierto a las influencias exteriores y por ello nunca alcanza la plena estabilidad. Es un espacio construido en el tiempo, con unas transformaciones que no afectan por igual a todos sus elementos y con períodos de cambio que se suceden con otros de relativa estabilidad.

En este sentido, el concepto de región funcional que se asume para el análisis en este trabajo, señala que ésta es la suma de varias áreas locales relacionadas y dependientes de un mismo núcleo o ciudad, que funciona como centro de mayor jerarquía. Partiendo de este concepto, se entiende a la región como una estructura que consta de un centro y una periferia o área de influencia, por lo general dicho centro lo ocupa una ciudad que mantiene una jerarquía urbana dentro de la región. La articulación funcional de la región está dada por los flujos e intercambios de bienes, servicios y personas que se dan entre la ciudad y su área de influencia.

Finalmente, como lo señala la OCDE, las regionales funcionales a diferencia de las político-administrativas, permiten identificar zonas con problemas específicos y por lo tanto el nivel de asistencia está mejor dirigido, puesto que realizan un análisis y evaluación territorial más detallados se obtiene una mejor visión de la realidad y por consiguiente se obtienen mejores resultados de los planes y programas de asistencia.

Reconociendo el país

Como sabemos, la configuración física del Ecuador es compleja y ha condicionado también en gran medida la delimitación político-administrativo del Ecuador, llegando a establecerse 24 provincias1, así como también el desarrollo de las redes de transporte. En este sentido en el 2006 el país contaba con 43.669,72 kilómetros de vías, cuya distribución espacial se concentra en los sistemas de ciudades, del total el 34% de infraestructura vial se localiza en las provincias con mayor población y nivel de ingresos, como son Manabí, Guayas y Pichincha cuya ventaja artificial se traduce en poseer una dinámica económica que les posibilita un mejor desarrollo.

Según la nueva geografía económica, la distribución espacial de la actividad económica y la población dependen de las estructuras productivas, de las distancias respecto a los mercados y de la movilidad de los factores. La conjunción de estos tres aspectos es clave para entender la forma como se desencadenan fuerzas centrípetas y centrífugas que explican sus grados de concentración o dispersión respectivamente. En el análisis de la ubicación de la actividad económica en el espacio, Krugman (1997), considera2 que el espacio físico no es llano y por lo tanto existen costes de transporte que afectan a la decisión de la ubicación en el espacio. Además, que la localización de la actividad económica debe tener en cuenta estos aspectos, pues en las decisiones de localización se debe evaluar si existen fuertes economías de escala en la producción, de tal manera que es más conveniente que la producción se lleva a cabo en un lugar común, o si, por el contrario, los costos de transporte inducen una distribución de la actividad más homogénea en el espacio.3

De ahí que la población suele ubicarse en torno a los sitios donde se localizan las actividades productivas y en lugares cercanos hacia el mercado, donde los recursos y la accesibilidad a los bienes y servicios son mayores.

En el caso del Ecuador, la distribución espacial de la población muestra que el 94,9% se encuentra ubicada en las regiones de la costa y sierra, de los cuales el 56,3% se concentra en las provincias de Guayas, Manabí y Pichincha.

Por otra parte, al revisar la distribución espacial de la actividad económica, se observa cómo se encuentran concentradas las actividades económicas y cómo las regiones se convierten en puntos de atracción no solo de los recursos sino también de la innovación y del desarrollo tecnológico que contribuyen a elevar la productividad y consecuentemente el ingreso, ello conlleva a una mayor aglomeración de las actividades más productivas.

Así tenemos que el VAB del 2007 muestra el alto nivel de heterogeneidad en su distribución. Las manchas claras indican que Napo, Bolívar, Morona Santiago y Zamora Chinchipe son las provincias que cuentan con mayor dispersión de sus actividades productivas. A diferencia de las provincias de Manabí, Azuay, Sucumbíos y Orellana, que se ubican en el tercer y cuarto cuartil presentando un nivel de asociación de las actividades productivas superiores al promedio nacional y por lo tanto concentran en mayor grado las actividades productivas. (ver figuras 1 y 2) La regionalización económica funcional

El primer ensayo de regiones funcionales para el Ecuador, muestra que puede obtenerse 19 regionalizaciones diferentes. Así tenemos que, partiendo del análisis de su estructura económica se pueden establecer 3 regionalizaciones funcionales diferentes. Si el criterio de regionalización es la especialización económica, el resultado es cuatro grupos de regiones. Si, por el contrario, la perspectiva de análisis es la diversificación económica con que cuentan sus unidades territoriales, se obtiene 8 regionalizaciones, pero si el enfoque es la concentración económica se puede definir cuatro regionalizaciones.

Cuadro 1. Regiones funcionales. 2007

Rama de actividad
Indicadores Agricultura ganadería caza y silvicultura Explotación de minas y canteras Industrias manufactureras (excluye refinación de petróleo) Construcción Comercio al por mayor y al por menor Transporte almacenamiento y comunicaciones Actividades inmobiliarias empresariales y de alquiler Administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria Enseñanza servicios sociales de salud y otras actividades de servicios comunitarios sociales y personales
Estructura económica X X X
Especialización económica X X X X
Diversificación económica X X X X X X X X
Concentración económica X X X X

Fuente: Elaboración propia a partir de las Cuentas Provinciales del BCE. 2007

Avanzando en la regionalización funcional, otra metodología válida es la de clústeres, la cual, a partir de los índices de estructura y especialización económicas, da como resultado cinco grupos de regiones.

Una tercera regionalización económica es la nodal. En el caso de Ecuador se identificaron dos Centros Regionales (nodos): Guayas y Pichincha; tres Sub Centros Regionales que lo conforman: Azuay, Tungurahua, Manabí y Galápagos, que presentan diferencias y complementariedades productivas (ver figuras 3 y 4).

Caracterizando estas regiones se observa que la más extensa territorialmente es la región norte, mientras que la subregión con mayor superficie es la región sur este. En cuanto a la distribución de la población, existe mayor concentración de la misma en la región sur esta seguida de la región norte, en tercer lugar, está la subregión Tungurahua.

Al hablar del aporte de cada región a la economía nacional, la región sur contribuye con el 32% a la economía nacional, de los cuales Guayas aporta el 75%. Por el contrario, la participación de los sub centros regionales es menor (10% del total nacional).

Por su parte, la región norte cuenta con el 31% del total nacional de infraestructura vial. A nivel regional, Guayas posee el mayor número de vías, contando así con la mayor facilidad de accesibilidad. Mientras que entre las sub regiones, la de Azuay está mayormente dotada de infraestructura vial, ocupando inclusive el tercer lugar a nivel nacional.

En cuanto al desarrollo empresarial, que han alcanzado, tenemos que en la región norte se localizan el mayor número de compañías (31% del país), mientras que en la región sur se localizan el 47% de las compañías más grandes, ello explica la existencia de niveles elevados de inversión (nacional y extranjera) en este campo.

Conclusiones

La región puede ser enfocada desde diversos aspectos multifactoriales que se toman como determinantes de su formación y desarrollo, pero es el punto de vista económico el que explica el comportamiento de la región económica que constituye el soporte de toda la actividad regional.

Por otra parte, pueden darse varias maneras de regionalizar, dependiendo del criterio que se quiera adoptar y de los objetivos que se pretenda alcanzar.

Una de ellas es la definición de regiones funcionales desde el criterio de índices de estructura, especialización, concentración y diversificación económica, con lo cual se obtienen 19 regionalizaciones diferentes con diversos objetivos de desarrollo.

Si se toma como punto de partida la formación de clústeres, a partir de los índices de estructura y especialización económica, se obtienen en cada caso 5 grupos de regiones, que coinciden en su configuración en número y provincias.

Finalmente, a través de una regionalización nodal, se obtienen una regionalización con dos Centros Regionales (nodos) que son Guayas y Pichincha; tres Sub Centros Regionales (Azuay, Tungurahua, Manabí y Galápagos), que puede ser tomada como óptima, no solo porque comprende la identificación de un nodo y un área de influencia, sino también que incluye la interacción económica que presentan las provincias. Por ello considero que puede ser la que se ajuste realmente a los objetivos de planificación del desarrollo que se ha planteado el actual gobierno.

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Referencias

1 En el transcurso del artículo se presenta el análisis de 22 provincias, debido a que no existe información del VAB de Santo Domingo de los Colorados y Santa Elena.

2 Zuleta Arango Joaquín y otros. Disparidades económicas regionales: un análisis de la distribución espacial de la población y del desempeño económico en Colombia. Universidad de Antioquia. 2007

3 Galvis Apote Luis Armando. La topografía económica de Colombia. Cartagena de Indias. Febrero del 2002.