Sobre el futuro del liberalismo clásico

Alberto Dahik

Ex Vicepresidente del Ecuador

El liberalismo clásico, como toda corriente de pensamiento, surgió dentro de un entorno de circunstancias económicas, políticas y sociales difícilmente repetibles.

El término liberalismo clásico puede abarcar muchos matices dentro de lo político y económico. Para este ensayo nos referiremos a liberalismo clásico como la línea de pensamiento que propone al individuo y su libertad como un valor supremo, que enfatiza la inviolabilidad de los derechos a la libre expresión, asociación y manifestación religiosa, así como a la libertad de prensa. Es también la corriente ideológica que limita al extremo más pequeño posible la intervención estatal en materia económica, dejando únicamente a la iniciativa individual y a los mercados la organización de la producción y suministro de bienes y servicios en la comunidad.

Su vigencia futura con "pureza" ideológica absoluta no es factible. Su vigencia en cuanto al valor del individuo, a los derechos y libertades que se le deben garantizar en la sociedad son eternos.

En la parte económica, si bien el "laissez-faire" no es una opción viable para organizar la producción y distribución de bienes y servicios, la economía de mercado sigue siendo la más idónea para desarrollar las sociedades modernas. Por lo tanto, la vigencia del libre mercado propuesta por los liberales, aunque matizada respecto del extremo del "laissez-faire" seguirá marcando el progreso de la humanidad.

Introducción

Yo soy yo y mi circunstancia, decía un gran filósofo y ensayista español del siglo XX. Es una frase ciertamente sabia, que nos hace ver que aún el ser con individualidades únicas en la creación, con identidades irrepetibles, que es el hombre, se forma, se moldea, se desarrolla de acuerdo a las circunstancias, y estas interactúan con el ser humano de forma tal, que en ciertas ocasiones esas circunstancias, más que las mismas cualidades innatas y fuerzas intelectuales inherentes al ser humano, son las forjadoras de sus ideas, conceptos, teorías, y sistemas filosóficos, o corrientes de pensamiento en las cuales ese ser humano cree.

Si Adolf Hitler hubiese sido aceptado en su aspiración de ser artista, toda la historia de la humanidad habría sido diferente. De no haber Constantino dictado el edicto de Milán, el desarrollo del continente Europeo no habría sido el mismo que conocemos a la fecha de hoy. Si los países del este Europeo se hubieran transformado en los inicios de la revolución industrial como lo hicieron los del oeste, y por ende la Rusia Zarista hubiese dado los pasos a la modernidad y a las realidades republicanas, a lo mejor el socialismo habría sido más fugaz de lo que fue y su incidencia histórica todavía mucho menor.

El primer punto que se desea transmitir en este ensayo, es que las corrientes de pensamiento, los sistemas políticos, económicos, las tendencias filosóficas, las ideologías políticas, no pueden separarse del entorno y circunstancias en las cuales fueron gestados o concebidos. Esto ha sido válido desde los albores de la humanidad, y continúa siendo válido el día de hoy.

1.- Nuestra primera dificultad: ¿qué es el liberalismo clásico?

El término liberalismo clásico se asocia a un grupo amplio de pensadores a los cuales se les puede atribuir una compartida paternidad. Existe sin embargo una cantidad amplia de variaciones, matices y grados de intensidad en las ideas asociadas con el concepto de liberalismo clásico.

¿Representa el término aquel ideal que por el siglo XIX se desarrolló en Inglaterra Europa Occidental y los Estados Unidos, para enfatizar que los gobiernos deben tener límites claros y más bien severos, que la libertad de los individuos es un bien supremo y que la libertad religiosa, la libertad de expresión, la libertad de prensa y de reunión, son valores intocables en la sociedad, y que además éstas deben estar acompañada por mercados económicos libres?.

O, alternativamente: ¿Debemos pensar en aquella concepción todavía más extrema, que los llamados "libertarios" proclamaran y que propulsó la tesis del "laissez-faire", dejar hacer, dejar pasar, con la idea de una predilección por la economía totalmente libre, con un mínimo de intervención estatal, al extremo de propugnar que el gobierno no debe proveer ningún servicio social, y que ni siquiera la banca ni ninguna industria deben tener regulaciones estatales?

Pero si estas ideas del siglo XIX que como ya hemos visto aquí tienen variados matices, reciben el nombre de liberalismo clásico, hay otras aún anteriores, hacia el siglo XVII y XVIII que se asocian al pensamiento de John Locke y su conocida doctrina de la ley natural, y que son más ideas políticas que económicas, y que también suelen recibir el calificativo de liberalismo clásico. En ellas se combate al poder absoluto del estado, y a su intervención en asuntos civiles, se excluye la autoridad de las iglesias dentro del estado, y se formula ya desde ese entonces, el que los individuos deben desarrollar sus capacidades y su libertad en forma plena en el ámbito político y religioso.

Sin lugar a dudas, las corrientes que hoy conocemos como liberalismo clásico tuvieron sean en los Siglos XVII, XVIII o XIX como el campo fértil para desarrollarse, el entorno de nacientes repúblicas, estados absolutistas, y las herencias de luchas antimonárquicas. Ese entorno es hoy irrepetible, como irrepetible son las circunstancias que llevaron a desarrollar las ideas de las monarquías luego del feudalismo y la edad media. Si vamos algo más allá, en los Estados Unidos tuvieron las ideas liberales vigencia y desarrollo coexistiendo también con el elemento de la esclavitud, realidad indiscutiblemente fundamental para el modelo económico que se sustentó en una alta producción agrícola del sur, con mano de obra baratísima, y que permitió el surgimiento de una potencia económica industrial en el norte. Esto es ciertamente paradójico, pero se dio.

Descritas muy brevemente estas variaciones respecto al tema de lo que es conocido como liberalismo clásico, indiquemos que, para contestar la pregunta sobre el futuro del liberalismo clásico para efectos de este ensayo, nos referiremos a ese término como la línea de pensamiento que propone al individuo y su libertad como un valor supremo, que enfatiza la inviolabilidad de los derechos a la libre expresión, asociación y manifestación religiosa, así como a la libertad de prensa. Es también la corriente ideológica que limita al extremo más pequeño posible la intervención estatal en materia económica, dejando únicamente a la iniciativa individual y a los mercados la organización de la producción y suministro de bienes y servicios en la comunidad.

Dicho esto, tratemos de contestar la pregunta sobre el futuro del liberalismo clásico.

2.- ¿Es viable este concepto en nuestros días?

Las circunstancias del mundo de hoy, tan diferentes a las de hace 200 o 300 años, no permiten que el Liberalismo Clásico, puro, o exactamente igual al concebido por Locke, Ricardo, Adam Smith, Jean Baptiste Say o Malthus, tenga una aplicación total en el mundo actual.

Así como es inaceptable para el mundo de hoy que se cuestione la libertad individual, que se cuestione o limite la libertad de expresión o asociación, así como es impensable que se acepte que la iglesia regule al estado o lo controle (conquistas en mucho logradas por los pensadores liberales) sería inaceptable también el pensar que la banca, la industria (por ejemplo, aquella que contamina el ambiente o tiene elementos monopólicos) no sean reguladas por el estado. En otras palabras, si desmenuzamos las ideas del liberalismo clásico veremos que, como sucedería con cualquier modelo, no es 100% aplicable al día de hoy, pero vemos también que muchos de sus enunciados son irrenunciables para el hombre moderno.

Por ello, de lo que se trata es de un tema de proporciones, de matices más no de esencia.

Las libertades políticas y conquistas del liberalismo transformados en grande proporción en derechos fundamentales e inalienables de la persona humana, son hoy declaraciones universales, que por lo tanto no podrán fácilmente pasar de moda, y siguen teniendo un futuro claro de permanencia en la organización de la sociedad humana.

Cierto es que muchas de esas conquistas son cosas que se pueden deducir o colegir de sistemas filosóficos o religiones anteriores. Pero su transformación en leyes concretas y en parte de la estructura de los estados modernos post monárquicos son en mucho logros de los pensadores liberales. Aquí podríamos por lo tanto decir que ese liberalismo que generó los derechos de las personas está vigente y seguirá con un futuro brillante.

Ahora bien, donde más discusión sigue existiendo, y donde más espacio se está dando para el cuestionamiento, y para el futuro del liberalismo clásico, es en materia de la organización de la economía, y del control sobre los mercados.

Difícilmente podemos aceptar la tesis universal y generalizada del "laissez-faire", al punto que el gobierno renuncie totalmente a su rol de vigilar, prevenir los problemas que derivan de imperfecciones y distorsiones de los mercados muy bien estudiados por la teoría económica.

Nuevamente, estamos en un punto de proporciones o matices. Los principios básicos de libertad económica y organización de la producción y distribución de bienes y servicios en base a la iniciativa individual y al libre mercado, seguirán siendo la base del quehacer económico de los tiempos post contemporáneos.

En esto, el más simple razonamiento que podemos hacer es el siguiente: ¿qué han inventado o cuál ha sido el legado de sistemas alternativos? Así, por ejemplo, preguntémonos que inventó el Marxismo Leninismo, el Socialismo, y la economía colectivista: ¿El motor de combustión interna? ¿El internet? ¿La computadora? ¿La penicilina? ¿El transistor?.

Hasta la aparición de la economía liberal, o la economía organizada en base al libre mercado, la humanidad como un todo NO TENIA ASPIRACIONES DE GRAN AUMENTO DEL BIENESTAR. El crecimiento económico, y los consecuentes beneficios que este genera, son un logro incuestionable de la economía libre, no logrado por ninguna otra forma de organización de la sociedad en sus aspectos productivos y distributivos en la historia de la humanidad Contrastando por lo tanto esto, con cualquier otro sistema y época, se vuelve difícil pensar que no tenga la economía liberal al igual que las ideas políticas liberales respecto de los derechos de las personas y límites del estado, un claro espacio en el futuro de la humanidad.

3.- Leer correctamente las distorsiones

Hemos dicho que las ideas fundamentales del liberalismo tienen espacio tanto en lo político cuanto en lo económico. También hemos indicado que se trata un asunto de proporciones, de matices más que de esencia.

Para ello debemos saber leer e interpretar las distorsiones de los mercados. Tal vez un magnífico ejemplo sea la crisis financiera mundial que recientemente hemos pasado, generada fundamentalmente por el mercado inmobiliario de los Estados Unidos y acelerada por los abusos en los centros financieros que multiplicaron la burbuja inmobiliaria en forma exponencial, con su concomitante impacto en la economía mundial. Para los detractores del liberalismo las aberraciones y abusos de los banqueros de inversión y de "Wall Street" muestran la supuesta perversidad de los actores y la gran falla del mercado y de la economía liberal.

En mi modesta opinión es lo contrario. Muestra el pésimo rol del gobierno y la gran falla del gobierno.

La teoría económica liberal es capaz de predecir los alcances que por la búsqueda de utilidad podían tener los actores financieros. Sin embargo, la miopía y falta de control de las entidades de gobierno que supuestamente debían controlar lo que ahí estaba pasando, es causa fundamental de lo que ocurrió.

Profesionales brillantísimos, con altísimos ingresos económicos, eran regulados y controlados por otros con sueldos mucho más bajos sentados en un escritorio del estado. El resultado lo conocemos todos. Por lo tanto, cuando sepamos entender que los mercados son predecibles en su agilidad y los gobiernos en su lentitud, pero que aquéllos tienen distorsiones y éstos obligación de vigilarlos, encontraremos el justo balance entre libertad absoluta como lo plantea el liberalismo clásico, y regulación racional, como lo demanda la economía contemporánea.

Sin embargo, si no se da la lectura correcta, los detractores de las ideas liberales pueden lograr más control estatal y más frenos a las iniciativas creadoras de la individualidad. En ese caso tenemos que volver siempre a la pregunta: ¿Qué inventó la economía no liberal? Con esa pregunta seguiremos pensando que esa economía de mercado seguirá teniendo el rol fundamental en la sociedad por muchos años más.

4.- Conclusión

El liberalismo clásico puede ser con justicia asociado a una etapa de la historia de la humanidad en que por primera vez se logró un crecimiento económico de tal magnitud que el bienestar alcanzado no puede ser comparado con ninguna otra época de la humanidad. El liberalismo clásico también puede asociarse con ideas políticas que han sido incorporadas por la humanidad como derechos universales e inalienables.

La circunstancia histórica del nacimiento del liberalismo clásico y su entorno no son repetibles. Por lo tanto, un liberalismo clásico "químicamente puro" no es viable. Pero en sus fundamentos, él seguirá vigente en la humanidad.