El Petróleo y la Crisis Económica Mundial: una mezcla explosiva

Federico Barriga Salazar
Economista

RESUMEN

¿Fue el petróleo uno de los causantes de la actual crisis mundial o de crisis económicas anteriores?, ¿Qué incidencia tienen factores macroeconómicos en los precios del petróleo y en los shocks petroleros?, y ¿Cuáles son las consecuencias a futuro de esta relación para la economía mundial y el petrolero? No hay duda que los efectos son menos importantes de lo que se cree, y que con el paso del tiempo se han ido atenuando porque el petróleo pesa menos en la economía mundial como efecto de las mejoras energéticas, los salarios hoy son menos rígidos y los Gobiernos han aprendido a manejar las políticas monetarias con mejor enfoque. Los efectos del petróleo son cada vez menos explosivos.

Se presume que uno de los factores más importantes de la economía mundial es el sector energético, y en particular la industria petrolera. No hay duda que es un componente de la economía que mueve billones de dólares y que influye directamente en muchos países. Lo que no es tan claro, y por ende difícil de demostrar, es la relación que existe entre el petróleo y la economía mundial y nacional. Esta relación tiene una importancia especial, ya que en estos últimos años hemos visto un repunte y descenso espectacular en los precios del petróleo, mientras que la economía mundial se ha ido en picada llevándonos a una recesión global.

Todo esto nos trae las siguientes interrogantes: ¿Fue el petróleo uno de los causantes de la actual crisis mundial o de crisis económicas anteriores?, ¿Qué incidencia tienen factores macroeconómicos en los precios del petróleo y en los shocks petroleros?, y ¿Cuáles son las consecuencias a futuro de esta relación para la economía mundial y el petrolero?

El análisis presentado a continuación está dividido en dos partes, mostrando en dos caras la relación economía-petróleo. Por un lado, es necesario analizar desde un punto teórico y empírico cuales son las consecuencias económicas ocasionadas por un shock petrolero,1 tomando como referencia eventos anteriores a la crisis actual. Por el otro, debemos entender hasta qué punto los factores macroeconómicos afectan a los precios del petróleo y al sector petrolero como tal, incluidos aquellos que han sido asociados a la recesión económica de hoy.

Los efectos de un shock petrolero en la economía

Los efectos macroeconómicos ocasionados por un shock petrolero ha sido un tema analizado y discutido ampliamente por la comunidad académica y hasta cierto punto fuera de esta. Lamentablemente, dado el corto tiempo transcurrido todavía no existen estudios que analicen empíricamente esta relación con respecto a la crisis actual y la burbuja petrolera del 2007 y 2008. Lo que si hay, son amplios estudios sobre lo que ha sucedido en los últimos cuarenta años desde la famosa crisis energética de 1973. Es importante, por ende, entender cómo ha transcurrido y cambiado la relación petróleo-economía en los últimos cuarenta años, y cuáles son las razones de esto.

Desde hace varias décadas, se ha argumentado que los efectos más perversos y dañinos de la volatilidad e incremento brusco de los precios del petróleo son: inflación excesiva, decrecimiento económico asociado con recesión y desempleo, y la reducción en productividad económica.

Estos argumentos, por llamarlos así, han sido expuestos y repetidos continuamente desde que los países productores de petróleo del Medio Oriente declararan un embargo a los EEUU y otros países industrializados como respuesta a la guerra de Yom Kippur en 1973. Ese año marca el primero de una serie de shocks petroleros que han afectado a la economía mundial desde entonces. Aunque existe cierta discrepancia en el número de shocks subsiguientes, es común limitarlos a: 1979 (segunda crisis energética - revolución Iraní), 1990 (guerra del Golfo), 1999 y 2002 (crecimiento acelerado de crisis mundial) y 2007-2008 (crisis financiera e inmobiliaria).

Lo que sucedió entre 1973-1975 tiene gran importancia ya que este periodo es usado como la base de referencia de análisis para los siguientes episodios. En ese entonces, el precio del petróleo subió de US$ 3 a US$12 en menos de dos años. En este mismo periodo, la economía de países desarrollados se contrajo, mientras que la inflación a nivel mundial subió. Estos dos factores causaron lo que en términos económicos se define como estanflación, la suma de estancamiento económico con incremento de inflación y desempleo. Ya que hasta la fecha era común dentro del pensamiento macroeconómico creer que el crecimiento y la inflación iban de mano en mano, las respuestas de los gobiernos a una supuesta estanflación fueron inoportunas, lo que terminó empeorando la situación. Se estima que a causa de los altos precios de petróleo, el valor total agregado de productividad en países desarrollados, en especial en EEUU, disminuyó considerablemente después del shock petrolero (entre 1974 y 1985), dificultando una posterior reactivación económica mundial.2

En sí, lo ocurrido en la crisis de 19731975 ha llevado a simplificar los efectos de un shock petrolero en la economía al sentar un marco de análisis basado en una experiencia especial. De hecho, varios estudios han analizado con gran detalle los efectos económicos de los shocks petroleros, incluyendo el de 1973, y llegado a la conclusión de que la situación no es tan sencilla como se pretende, y que los efectos de los diferentes shocks han sido distintos unos del otro.3 En este sentido, vale la pena describir estas limitaciones e incertidumbres con más detalle.

Una relación compleja

En primer lugar, hay dos argumentos en contra de que existe una correlación directa entre una inflación general y el incremento de precios de petróleo (la relación que parecería más simple). Por un lado, no todos los periodos posteriores a un shock petrolero han sufrido altos índices de inflación como sucedió en los años 70 o en el 2007-2008. Por ejemplo, después de los shocks de 1979 y 1999, no se ha comprobado una tendencia inflacionaria excesiva o fuera de la tasa normal. Asimismo, cuando se compara la inflación histórica basada en el índice de precios al consumo (IPC)4 con la inflación calculada a través del deflactor del producto interno bruto (PIB)5, se puede encontrar diferencias considerables. Es así que, empíricamente los shocks petroleros muestran una gran correlación con el IPC pero no con el de- flactor del PIB, lo que sugiere que el incremento de precios del petróleo causa solamente cierto tipo de inflación, y no necesariamente una que mida todos los sectores de la economía.

Existe igualmente incertidumbre sobre los efectos que puede tener un shock con respecto al crecimiento económico y la productividad. Modelos macroeconómicos con diferentes niveles de complejidad han demostrado que un incremento del 10% en el precio del petróleo representa un 0.5% de reducción en la producción económica bruta, y que el petróleo representa solo el 4% o menos de la producción económica total. Esto quiere decir que, a diferencia de lo que muchos se imaginan, el petróleo como bien económico forma solo una pequeña parte de toda la economía, y por ende es improbable que sea el único o el factor más importante que influencia el crecimiento económico mundial. A pesar de esto, hay que enfatizar que sí existen efectos directos e indirectos de un shock petrolero en el crecimiento económico y en la productividad.

Con respecto a efectos directos, se ha demostrado a través de estudios empíricos que el incremento de precios de petróleo reduce la demanda de factores económicos, ya que las empresas aumentan sus costos de producción tanto de capital y mano de obra, así como del petróleo. Esto tiene una influencia directa con respecto al valor agregado de la producción, que a su vez puede causar una desaceleración económica.6Asimismo, otro factor analizado ha sido la transferencia de riqueza entre países consumidores y productores, aunque en porcentaje del PIB y de las transacciones financieras esta suma resulta insignificante y por ende no muy trascendental. Por último, un efecto directo que ha sido muy irregular y difícil de demostrar ha sido el nivel de desempleo, ya que ni siquiera en la crisis de 1973 se registraron niveles fuera de lo común, lo que indica que no existe una correlación certera.7

Por otro lado, en relación a los efectos indirectos, un argumento bastante común ha sido los costos ocasionados por los cambios sectoriales. Esto quiere decir que cuando el precio del petróleo sube, ciertas industrias o sectores económicos deben realizar cambios que sacrifican su valor agregado y consecuentemente afectan el crecimiento económico general. El ejemplo primordial es la industria automotriz y los costos asociados a los altos precios de la gasolina.8 Finalmente, existen estudios que argumentan que para combatir la inflación causada por el incremento en los precios de petróleo, los países toman ciertas medidas monetarias que llevan a una desaceleración económica. Así, al reducir la cantidad de dinero disponible en la economía o al tratar de mantener el valor real de los sueldos, cambios en la política monetaria causan pérdidas en el valor agregado. En este caso, cabe recalcar que este argumento se basa en la premisa ya discutida de que hay una correlación directa entre un shock petrolero y un incremento en inflación.

Diferencias de shocks

Con lo descrito arriba y asumiendo que la lógica de las incertidumbres es correcta, se podría argumentar que la razón por la cual no existe una relación sencilla entre un shock petrolero y los efectos macroeconómicos es que los shocks han sido de diferente magnitud y por ende muestran diferentes resultados. Sin embargo, existe evidencia empírica que indica que la magnitud de los shocks ha sido similar, en especial si se toma en cuenta el incremento de precios de petróleo en términos nominales y reales. Esto sugiere que lo que ha cambiado durante los últimos cuarenta años no han sido los shocks, sino la forma en que las economías a nivel mundial han sabido responder a estos.

En primer lugar, basados en índices de inflación y crecimiento, se puede percibir una tendencia a la baja con respecto a los efectos de los shocks petroleros en la economía. Esto quiere decir que, en términos de impacto, un shock era más influyente en los años 70 y 80 que en las siguientes dos décadas. Dentro de la multitud de razones por la cual se percibe esta tendencia, hay tres de particular relevancia. Estas son: la reducción en la rigidez del valor real de los sueldos, la reducción del sector petrolero dentro del total de actividad económica, y cambios en la política monetaria a nivel mundial.9

Con respecto a rigidez salarial, existen diferencias importantes en cómo se determinan los sueldos hoy en día comparado con las décadas del 70 y 80. En general, antes los sueldos se mantenían fijos y había más influencia de sindicatos, mientras que hoy el nivel de sindicalismo es bajo y los sueldos son relativamente flexibles (no están indexados a cierto indicador). Estos datos apoyan la afirmación teórica y empírica de que la rigidez del valor real salarial se ha reducido en estas cuatro últimas décadas. Esto tiene como consecuencia amortiguar los efectos de un shock petrolero, ya que mientras más rígidos sean los sueldos, más impacto va a tener la inflación en el valor agregado. Explicando de otra forma, mientras más flexible sea el sector laboral y menor la rigidez salarial, mejor reacciona la economía a la volatilidad de precios y PIB ocasionados por el incremento de precios del petróleo.

Por otro lado, en la sección anterior ya se habló un poco sobre la influencia del sector petrolero en la actividad económica y los efectos de política monetaria como factores que causan cierto efecto o no en la economía. Al respecto, cabe resaltar que efectivamente, la porción de actividad económica del sector petrolero se ha reducido desde 1970 (por mejoras en eficiencia energética), y por ende la influencia de un shock petrolero es cada vez menor. Asimismo, en estos cuarenta años ha habido grandes cambios en cómo combatir el alza de precios a través de políticas monetarias. Un factor importante es la credibilidad en el sistema monetario que existe hoy día comparado con los años 70, y que dan la impresión de que existe un mejor manejo de la inflación.10 También se debe tomar en cuenta que la tasa de interés nominal de los bancos centrales ha permanecido similar en las últimas cuatro décadas, lo que indica que la reducción en el nivel de inflación se debe a una mejor respuesta de la tasa de interés real con respecto a un shock petrolero. Eso significa que en la actualidad hay menos volatilidad en los efectos de un shock.

En general, ninguno de las tres posibles razones aquí presentadas pueden por su cuenta explicar con precisión total porque los shocks petroleros actuales tienen menos incidencia que los anteriores. Sin embargo, tomados en conjunto presentan un argumento teorico-empirico suficientemente convincente. Esto nos lleva a concluir que los efectos de los shocks se han reducido a través de los años, ocasionando menor incidencia en precios, sueldos, producción e inflación en la economía mundial. De manera similar, con el conocimiento aprendido en los últimos cuarenta años, se puede asumir que las economías están hoy en día mejor preparadas que antes para responder y lidiar con los shocks petroleros.

La otra cara de la moneda

En primer lugar, cuando se quiere analizar cuáles son los factores que causan un shock petrolero, hay que acotar que no solo el aspecto económico tiene incidencia. Existen también argumentos y teorías sobre como factores políticos, sociales y hasta psicológicos llegan a influenciar o inducir un shock petrolero. Cabe aquí mencionar, para no entrar en una discusión que no compete a este estudio, que estos argumentos son extremadamente contenciosos y por su naturaleza no es fácil de comprobarlos a través de un análisis empírico o matemático. No obstante, vale la pena describir los más recurrentes: los argumentos políticos.

Eventos políticos de toda índole, y en especial aquellos en el Medio Oriente, han sido asociados comúnmente con la volatilidad en los precios del petróleo. Este es sin duda un argumento convincente cuando se toma en cuenta las guerras en Medio Oriente del 73, 79 y 90, y sus respectivos shocks petroleros. Asimismo, se ha dado importancia a entidades como la Organización de Países

Exportadores de Petróleo (OPEP), un ente que da la impresión de usar factores geopolíticos para controlar en forma de cartel los precios del petróleo. Sin embargo, en ninguno de estos casos existe una relación clara y continua, ya que empíricamente no siempre hay una relación directa entre factor político y cambio en los precios del petróleo.

Por ejemplo, la guerra de Irak en el 2003 no tuvo una influencia inmediata en los precios del petróleo como las otras guerras de la región, a pesar de lo mucho que se haya hablado al respecto. Por otro lado, las retóricas políticas de la OPEP no han podido incrementar los precios del petróleo cuando el organismo lo ha deseado. En este sentido, hay estudios que sugieren que organismos tipo OPEP funcionan mejor en épocas de crecimiento económico que en recesiones, ya que cuando se establecen cuotas que perjudican a los países miembros hay una tendencia a irrespetarlas. Todas estas razones indican que el factor político no es el determinante, y que más bien este está influenciado por otros intereses, en especial aquellos definidos por factores macroeconómicos.

El factor oferta y demanda

Aunque suene un tanto simplista, la interacción entre la oferta y demanda de petróleo es el factor más importante que determina sus precios. De hecho, la oferta y demanda de petróleo suelen seguir procesos bien estudiados, con la premisa fundamental de que el petróleo es un bien limitado y exhaustivo. 11 Por ejemplo, en las guerras, el factor que determina un cambio en los precios del petróleo no es el cambio de oferta sino más bien de demanda. Esto se da ya que los países importadores de petróleo agudizan la demanda mundial para poder incrementan sus reservas, mientras que la oferta tiende a permanecer igual ya que un trastorno generalizado por razones políticas (guerra) es muy improbable dado la gran distancia geográfica de los países exportadores. Asimismo, en casos extremos como el embargo de 1973, se puede argumentar que las acciones políticas tomadas por los países de la OPEP fueron motivadas por razones económicas asociadas a cambios monetarios en el sistema mundial, más demanda de petróleo y a la caída en el precio real del petróleo antes de la guerra de Yom Kippur.12

En el caso específico de la oferta, existen factores importantes como la producción, exploración, distribución e inversión de campos petroleros, refinerías y servicios relacionados a la industria petrolera. Dada la complejidad de producir rápidamente más petróleo, la oferta tiende a ser inflexible y a empujar los precios hacia arriba, en especial cuando el sector petrolero mundial se encuentra a toda capacidad por demanda excesiva. Esto puede y suele tener una influencia en la inversión del sector petrolero, lo cual a mediano y largo plazo crea ciclos viciosos de oferta y precio.13

Existen también factores exógenos que alteran la oferta e influencian los precios del petróleo. Un factor económico político que hay que tener en cuenta, es que actualmente la mayor parte de la producción y de las reservas petroleras a nivel mundial están en mano de empresas estatales, cuyo objetivo no es estrictamente el desarrollo de su actividad petrolera, sino el objetivo gubernamental de transferir más recursos a la caja fiscal. De esta manera, el ritmo y posibilidades de inversión de estas empresas bajan y por ende hay menos crecimiento de la oferta en el mercado global (ahí hay una cierta miopía de los Gobiernos que merece quizás un análisis más detenido).

Con respecto a la demanda global, los factores con mayor incidencia suelen ser el crecimiento económico, el crecimiento demográfico, y los substitutos al petróleo. En los primeros dos casos la relación es bastante clara: mientras más crezca una economía y mientras más población exista que requiera de petróleo, más demanda habrá.14 En estos últimos años este crecimiento doble se ha dado principalmente en países en vías de desarrollo, liderados por los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Su dáfrica). De manera similar, cuando hay una recesión económica, la demanda tiende a reducirse y por ende los precios del petróleo bajan, como sucedió después de la crisis asiática en 1997 y 1998. Finalmente, existe el potencial de que otro tipo de energías, incluyendo renovables, afecten la demanda global de petróleo, aunque por ahora estas dependen mucho del contexto político y del precio base del petróleo para ser competitivas, lo que las hace relativamente limitadas. De cualquier manera, es un factor que podría tener más incidencia a futuro, en especial si los costos de carbono en la economía son internalizados.

La crisis actual

Con lo descrito en la sección precedente, es importante hacer un análisis sobre cuales son algunas de los factores macroeconómicos que han podido influenciar los precios y el sector petrolero durante el shock de 2007-2008 y con respecto a la crisis económica de hoy en día. En primer lugar, es importante conocer las tendencias mundiales actuales de oferta y demanda de petróleo.

Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) y la OPEP, la demanda de petróleo se ha incrementado en un 1.7% anual desde 1994 y se espera que en el 2030 la demanda mundial sea 37% mayor a la actual. La demanda futura vendrá principalmente de los países en vías de desarrollo, con la China a la cabeza, y en el sector de transporte. Por otro lado, está previsto que la tasa de crecimiento de la oferta sea de solo 1.2 % en los próximos 30 años, la tasa más baja entre todos los sectores energéticos (gas, carbón, renovables). De hecho, a pesar de que entre 1973 y 2008 la producción global de petróleo se haya incrementado de 2867 Mt a 3937 Mt (un 37% en 35 años), el sector petrolero se ha reducido del 46% al 32% como porcentaje total de energía producida en este mismo periodo.15 Asimismo, a corto plazo se estima que grandes productores como México y Rusia disminuirán su oferta por falta de inversión, y que la tasa de producción de los pozos petroleros existentes a nivel mundial sea de menos 6.7% anual.

Esto significa que, ceteris paribus, a mediano y largo plazo la demanda mundial empujará los precios del petróleo a niveles cada vez más altos. Asumiendo que esto es verdad, podríamos concluir que el incremento de precios del petróleo en los últimos años ha sido un proceso normal. Sin embargo, entre el 2007 y 2009 ha habido un incremento y caída de precios extremos que no pueden explicarse con factores macroeconómicos de largo plazo. En este periodo, el precio del petróleo se disparó de 80 a casi 150 dólares por barril entre diciembre del 2007 hasta agosto del 2008, bajando posteriormente a casi 30 dólares en diciembre del 2008 y estabilizándose alrededor de 45 dólares en el primer trimestre de este año (la figura 1 demuestra gráficamente la volatilidad de los precios entre el 2007 y 2008).

Es en este contexto de volatilidad donde la crisis económica actual entra en juego.16Aunque empíricamente no está claro todavía cuales han sido los factores que han llevado a la crisis, ciertos de ellos tienen una relación directa con la burbuja petrolera. Un ejemplo es el exceso de capital en la economía mundial en los últimos años como consecuencia de créditos baratos dictados por políticas monetarias relajadas y falta de regulación en mercados prestamistas. Esto ha ocasionado una presión inflacionaria en muchos mercados como el petróleo, ya que muchos inversionistas inyectaban dinero como cobertura ("hedge") con respecto a otros mercados financieros más volátiles. De igual manera, otro factor desestabilizador ha sido la continua devaluación del dólar estadounidense con respecto al euro y otras divisas como resultado a una política monetaria y un déficit fiscal enorme de los EEUU.17 Se argumenta que esto ha incremento los precios del petróleo, ya que así se puede se ha podido mantener el valor real del petróleo Finalmente, aunque el tema de los efectos especulativos del mercado financiero internacional es muy debatible, se estima que solo en el 2008, US$ 60 billones en dinero especulativo entraron y más de US$ 38 billones salieron del mercado petrolero. 18

Por otro lado, las consecuencias de la crisis han tenido efectos importantes en los precios del petróleo y el sector petrolero. En primer lugar, ha habido una revaluación del dólar estadounidense ha niveles de 2007, lo que ha llevado a una reducción natural del precio del petróleo. Adicionalmente, la crisis bancaria y financiera ha frenado bruscamente el acceso al crédito y eventualmente ha contagiado a la economía real. Como consecuencia, la economía mundial se encuentra en una recesión de entre -1.5% a 3.0% en el 2009, por lo cual se estima que la demanda mundial este año sea de 83.5 millones de barriles diarios (mb/d), casi 2.4 mb/d menos que en el 2008.19 Si se agrega el hecho que las reservas estratégicas de los países industrializados se encuentran en sus niveles más altos, es claro que la destrucción de demanda ha sido un factor clave en la caída de precios, a pesar de reducciones en producción de los países OPEP.20 Por último, aparte de una sobreoferta de petróleo, existe todavía una gran incertidumbre sobre el futuro de las inversiones en el sector petrolero y energético en general, lo cual puede tener consecuencias importantes a futuro.

Conclusiones:

A lo largo de este artículo se ha intentado enfatizar los aspectos más trascendentales de la relación economía petróleo, así como el desmentir ciertas suposiciones que muchos consideran verídicas. En este sentido, vale la pena resumir la discusión en los siguientes puntos:

  1. No existe evidencia empírica clara de que un shock petrolero tenga una incidencia concreta o estandarizada en la economía, aunque si hay ciertos aspectos del shock que tienen influencia.
  2. Un shock petrolero o crisis energética es simplemente uno de muchos factores que pueden influenciar la economía. De hecho, no hay razón para pensar que es el factor primordial.
  3. Durante los últimos cuarenta años la economía mundial ha sabido responder con menos volatilidad a los shocks petroleros. Esto se debe a una serie de razones exógenas a la naturaleza de los shocks.
  4. A pesar de que factores políticos pueden influenciar los precios del petróleo, el factor más convincente sigue siendo la interacción entre la oferta y demanda, así como otros aspectos macroeconómicos.
  5. Ciertos factores relacionados a la crisis económica actual han tenido una influencia directa en la volatilidad de los precios del petróleo en los últimos dos años. Estos factores, sin embargo, no afectan la tendencia de alza en los precios de petróleo previstos a mediano y largo plazo
  6. La crisis económica actual puede tener algunas consecuencias importantes a futuro en la relación petróleo-economía, en especial con respecto a los ciclos de inversión y el desarrollo de alternativas energéticas como substitutos al petróleo.
  7. Los efectos del petróleo son cada vez menos explosivos.

Bibliografía

Referencias

  1. Un shock petrolero se define como un cambio substancial (normalmente de más del 50%) de los precios del petróleo en un corto tiempo, usualmente en cuatro trimestres consecutivos.
  2. Esto se pudo determinar a través de estudios realizados años después del shock de 1973.
  3. Para mayor información detallada y técnica sobre los efectos de shocks petroleros, incluyendo modelos matemáticos, referir en la bibliografía a Barsky B. y Kilian L, y Blanchard O. y Gali J.
  4. Este índice toma en cuenta los precios de una canasta de diferentes productos con relación a los precios de un año base. El petróleo está incluido en este índice y forma un porcentaje substancial.
  5. Este índice toma en cuenta la diferencia entre el PIB nominal y PIB real en un tiempo especificado. Esta fórmula de inflación, a diferencia del IPC mide todos los bienes y servicios producidos en una economía.
  6. El valor añadido o agregado es el valor adicional de un proceso productivo descontando la materia prima y el capital fijo. La relación valor agregado desaceleración es todavía muy debatida.
  7. Este hecho contradice el hecho de que haya existido estanflación en los años 70, ya que aunque hubo recesión económica y alta inflación, si no hubo incremento en el desempleo, técnicamente no hubo estanflación.
  8. Aquí hay que acatar que este modelo es empíricamente correcto solo cuando el shock equivale a un incremento en el precio del petróleo. Teoréticamente debería funcionar en forma opuesta cuando hay una gran caída en los precios de petróleo y gasolina, aunque en la realidad esto no es así.
  9. Es importante mencionar que cada uno de estos tres argumentos ha sido elaborado con fórmulas matemáticas y comprobados empíricamente. Por favor referirse a nota de pie 2 para más información
  10. Cabe recalcar que en 1971 el sistema Breton Woods se acabo, con lo cual la comunidad internacional dejo de basar su sistema cambiario fijado en oro y opto por un sistema flotante. El cambio causo incertidumbre y volatilidad en los mercados mundiales.
  11. Otros precios de commodities que no estaban asociados al petróleo o a los eventos políticos de 1973 también incrementaron a un ritmo acelerado. Esto sugiere que los efectos macroeconómicos de comienzo de los años 70 pueden tener mayor importancia que cualquier factor político.
  12. Esto quiere decir que cuando los precios e ingresos son altos, el sector petrolero planea inversión para aumentar la oferta. Una vez que esto se concreta, existe una sobreoferta por lo cual los precios bajan y no existe inversión, hasta que la demanda se incremente, los precios suban y el ciclo comience otra vez.
  13. Lamentablemente el contexto de este ensayo no permite analizar con más detalle cuales son los factores que pueden ocasionar un crecimiento económico acelerado.
  14. Mt se refiere a toneladas métricas. Es un índice usado comúnmente en vez de barriles.
  15. Una crisis económica mundial se define como el deterioro de más de cuatro trimestres de las condiciones economías de los países más grandes del mundo en términos de PIB